El yogur es, ante la vista de todos, un alimento considerado saludable, sin embargo, no siempre lo que elegimos en el supermercado verdaderamente lo es. Por eso, te dejamos algunas claves para escoger la alternativa más sana de entre tantas opciones disponibles, para sumar a tu dieta diaria
Yogures verdaderos y otros que no son yogures
Lo primero que tenemos que saber es que bajo el nombre de yogur encontramos en el supermercado multitud de opciones y alternativas. No obstante, también hay muchos productos que no son verdaderamente yogures.
La norma de calidad del yogur establecida por el Real Decreto 171/2014, define al yogur como:
"...el producto de leche coagulada obtenido por fermentación láctica mediante la acción de Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus."
Esto quiere decir que únicamente el producto lácteo derivado de la fermentación de estos dos microorganismos concretos se denominan yogures, mientras que los ejemplares de la marca Activia o los famosos Actimel por ejemplo, no son verdaderamente yogures porque no utilizan estas cepas concretas de microbios, sino otras diferentes.
Así, el yogur puede estar elaborado a partir de leche desnatada o entera, que ha sido previamente pasteurizada. Sin embargo, también existen los yogures pasteurizados después de la fermentación que no incluyen bacterias vivas en su interior es decir que no son fuente de probióticos como pensamos.
Aunque por definición los yogures son una leche fermentada e incluyen bacterias vivas en cantidades mínimas de 1 por 107 colonias por gramo o mililitro, aquel yogur pasteurizado que post fermentación que no tiene bacterias vivas (ni patógenas ni beneficiosas) es un producto diferente, denominado por el Real Decreto 271/2014 como yogur pasteurizado después de la fermentación:
"El producto obtenido a partir del yogur que, como consecuencia de la aplicación de un tratamiento térmico posterior a la fermentación equivalente a una pasterización, ha perdido la viabilidad de las bacterias lácticas específicas y cumple todos los requisitos establecidos para el yogur en esta norma, salvo las excepciones indicadas en ella."
Este yogur también puede ofrecer nutrientes valiosos para el organismo pero no es fuente de probióticos como pensamos, y tampoco es una leche fermentada sin más.

Cómo elegir el mejor yogur del supermercado
Sin duda ante tantas opciones disponibles, el yogur puede no ser un producto beneficioso para sumar a nuestra dieta. No sólo porque puede carecer de probióticos o bacterias vivas beneficiosas, sino también porque puede tener una gran cantidad de azúcares, aditivos o grasas poco saludables.
En este sentido, algunas sugerencias que te ayudarán a elegir el yogur más sano del supermercado son:
Escoger alternativas sin azúcar
Sin duda, los yogures sin azúcares agregados son las mejores opciones que podemos poner en nuestro carrito.
Para ello, podemos seguirnos por la regla 3-4-3 que consiste en mirar en la información nutricional del yogur el aporte de los macronutrientes que este posee y escoger aquel que aporte, aproximadamente, 3% de grasa, 4% de azúcares y 3% de proteínas.
La regla 3-4-3 permite escoger la opción más saludable en términos nutricionales, y que seguramente no llevará azúcares añadidos, sino únicamente los naturales del producto lácteo.
Además, un yogur debe ofrecer como mínimo 3% de proteínas, pero puede llegar a brindar hasta 10% de este nutriente dependiendo del tipo de yogur, y no debería superar el 3% de grasa que es el aporte de lípidos propio de la leche entera o sin desnatar.
Optar por alternativas sin saborizar
Los yogures aromatizados o saborizados pueden tener un gran número de aditivos en su interior así como una elevada proporción de azúcares.
Si aún así escogemos una alternativa sin azúcar agregado y endulzada artificialmente, podemos estar ante sustancias químicas diversas y ante un producto altamente procesado que no se recomienda sumar a la dieta habitual.

Mejor sin topping
Encontramos en la actualidad variedad de yogures que llevan agregados, como puré de frutas, muesli o granola, cereales diversos, frutas caramelizadas, trozos de galletas dulces y otros que pueden incrementar la cantidad de aditivos, azúcares e incluso de grasas trans que se ingresan a nuestro cuerpo.
Por esta razón, nada mejor que un yogur mínimamente procesado es decir que únicamente ha sido pasteurizado (ya sea antes o después de la fermentación), y que por eso, resulta una alternativa natural o básica que podemos sumar a nuestra mesa para incorporar proteínas de calidad sin azúcares agregados, con calcio y vitamina D, así como otros nutrientes beneficiosos para el organismo.
Elegir opciones con probióticos
Sin duda será aún más saludable un yogur que verdaderamente ofrezca bacterias vivas beneficiosas para el organismo como son los probióticos. Es por eso que si leemos en el envase "cultivos vivos" o "bacterias vivas" podemos estar ante la presencia de un ejemplar recomendable.
De lo contrario, escoger leches fermentadas o yogures que no han sido pasteurizados después de la fermentación.
Claramente, para poder identificar el yogur más sano del supermercado es importante visualizar sus ingredientes así como las declaraciones y la información nutricional del los diferentes productos, pudiendo de esta forma escoger opciones ricas en proteínas, con un mínimo o sin azúcar agregado, y lo más natural o mínimamente procesado posible.
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Imagen | Foto de portada: Nataliya Vaitkevich, foto 1: Towfiqu barbhuiya, foto 2: Nataliya Vaitkevich.