El fin de semana pasado tuve la suerte de ser invitada a pasar un fin de semana en Lecce, una preciosa ciudad del sur de Italia, en la región de Puglia. Lecce se encuentra en la península de Salento que forma el tacón de la bota del mapa de Italia y es una ciudad llena de monumentos y de vida donde pasamos dos días conociendo los estupendos productos y la gastronomía de la zona.
La invitación estuvo motivada por la celebración de Cibarti, una feria nacional de artesanía artísitica y agroalimentaria que se celebra en la Piazza di Sant'Oronzo, en pleno centro de la ciudad. La visita a la feria se complementó con una serie de visitas a diversas empresas alimentarias de la zona de las que os hablaré en próximos artículos.
Entre los muchos descubrimientos gastronómicos que he hecho en este viaje, creo que el más delicioso para mi ha sido el pasticciotto, El dulce típico de Lecce hecho con masa frolla rellena de crema. Ni su aspecto ni su descripción hacen intuir la maravillosa sensación que se siente al morderlo. Una masa crujiente pero ligerísima que se funde con una crema suave pero firme y que te deja siempre con ganas de más. No exagero si digo que es uno de los dulces más ricos que he comido en mi vida y por supuesto ya tengo algunas recetas para intentar reproducirlo.
La mejor compañía del pasticciotto es el café leccese, un café con hielo al que se añade un poco de leche de almendras concentrada y que le da un sabor particular que recuerda levemente al amaretto.
Cibarti
Aunque el día amenazaba lluvia, que finalmente se hizo presente acompañada de una fuerte tormenta, dedicamos un buen rato a visitar la feria y probar algunos de los productos expuestos. Una de las cosas que más me llama la atención de los productos alimentarios italianos, es la gran variedad de conservas de todas clases que se pueden encontrar, desde salsas, platos de verduras típicos de cada región, mezclas de todas clases para untar, conservas de pescado y de carne. la variedad es tan grande que es imposible probarlo todo.
En cuanto a productos de panadería y pastelería, me gustaron especialmente los taralli salentinos, unas rosquillas saladas, crujientes y ligeras que son una verdadera delicia. Los productos de pastelería que predominaban eran los sicilianos, sobre todo los cannoli que no llegué a probar.
No faltaban en la feria los aceites, los licores de todas clases, los quesos y los embutidos. Llamaba la atención la fantástica máquina cortadora antigua en prefecto funcionamiento, me encantó el cacharrito para calentar la 'nduja, un embutido parecido a la sobrasada. Me impresionó la porchetta con su gran cabeza y su deliciosa carne, y me sorprendieron los quesos rellenos con naranja o limón.
En resumen, un recorrido lleno de sabores y aromas, de curiosidades y de sorpresas acompañado por la simpatía y la calidez de los italianos y en especial de los salentinos que nos han hecho pasar unos días inolvidables.
En Directo al Paladar | Paseo gastronómico y turístico por Malta. Malta is more
En Directo al Paladar | Gastronomía en las fiestas de primavera de Murcia