Jaime de las Heras
Editor SeniorProbablemente te suene que la gran fama de las tortillas gallegas recae sobre Betanzos, en A Coruña. Sin embargo, esta vez no es esa ciudad la protagonista. Es un municipio algo más alejado —aunque no demasiado—, Melide, quien ha disparado récords y halagos recientes.
En un fin de semana memorable, sus vecinos han logrado dos hazañas gastronómicas que bien merece reseñar: el primer día cocinaron el huevo frito más grande del mundo; al siguiente, batieron todos los registros visiblemente con una tortilla de patatas monumental.
Todo ocurrió en el marco de la segunda edición de la Feria del Huevo Campero, un evento que ha tenido como protagonista al producto estrella de la zona: el huevo. La organización estuvo a cargo de la empresa local El Huevo de la Abuela. Desde el sábado, la feria desplegó diversas actividades donde no faltaron talleres de cocina, concursos de tortillas, demostraciones de chefs y charlas divulgativas en torno al huevo.
Pero el gran aperitivo fue, sin duda, el reto del primer día: cocinar el huevo frito más grande del mundo. La sartén donde se llevó a cabo alcanzaba dos metros de diámetro, y se utilizaron 600 huevos de tamaño M y L. Se separaron unos diez kilos de yema y veinte de clara. A pesar de que no había ensayos previos, el equipo lo consiguió con éxito, y se terminó sirviendo convertido en un revuelto acompañado de patata y chorizo.
@directopaladar Así es la tortilla de patatas más grande del mundo en 2025, en Melide, A Coruña. #elhuevodelaabuela #locuraogenialidad #tortilladepatata #directoalpaladar
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Aunque ese fue un arranque poderoso, lo mejor llegó el domingo. A las once de la mañana, unas setenta y cinco personas se pusieron manos a la obra para cocinar la tortilla de patatas más grande del mundo. Hicieron falta 17.000 huevos, 2.000 kilos de patatas, 300 litros de aceite y treinta kilos de sal, todos reunidos en una sartén de seis metros de diámetro.
Como en muchos debates culinarios, estaba la duda: cebolla o sin cebolla. Para evitar discusiones, el plato se dividió en dos mitades, una con cebolla y otra sin ella. Cuando ya estaba lista, el gran momento: el volteo. Se empleó una grúa de setenta y cinco toneladas para levantar las diez toneladas que pesaba la tortilla y darle la vuelta sin que se derramase casi nada.
El ambiente era frenético. La gente acudió desde primera hora, preocupándose incluso por que el tiempo no estropeara el momento. Hubo tres pantallas gigantes que retransmitieron todo el acontecimiento, permitiendo que todos vibrasen con el silencio tenso al girar la sartén y luego con los aplausos del público.
Esta aventura gigante no solo fue un espectáculo, también un acto benéfico. Tras esa enorme tortilla se prepararon unas doce mil raciones a un precio asequible para recaudar fondos. Tres euros costaba cada porción, y lo recaudado se destinó a comedores sociales y entidades benéficas del entorno.
Imágenes | El Huevo de la Abuela
En DAP | Tortilla de patatas al estilo de Betanzos
En DAP | Huevos fritos
