Un paisaje sobrecogedor, un clima ideal y poca gente: esta zona de playa es una de las menos masificadas de España

Un destino paradisíaco donde desconectar en el sureste de Andalucía en el que casi nadie te molesta

Pueblo Playa Almeria Tomates
Facebook Twitter Flipboard E-mail
jaime-de-las-heras

Jaime de las Heras

Editor Senior
jaime-de-las-heras

Jaime de las Heras

Editor Senior

Hay lugares en España donde el verano parece no tener fin. No se trata solo de temperaturas suaves o cielos despejados: hablamos de esos rincones donde la vida continúa al ritmo de la luz, donde septiembre no impone su regreso a la rutina y octubre se confunde con julio

Rincones donde el calor se alarga, las terrazas siguen llenas y la playa permanece como un plan cotidiano. En España, estos lugares existen y se reparten entre costas y valles, pueblos blancos y calas escondidas. Las playas del sur de Galicia, los pueblos de la Axarquía en Málaga, las calas de la Costa Brava o el interior de las Islas Canarias son buenos ejemplos. 

Un vistazo a…
Consejos para viajar seguro este verano

Pero si hay un destino que parece vivir en una eterna estación estival, ese es la provincia de Almería. Más concretamente, Níjar, un municipio que no solo guarda algunas de las playas más especiales del Mediterráneo, sino que también ha sabido conservar una identidad singular y un microclima que invita a olvidarse del abrigo.

Níjar está en el extremo sureste de Andalucía, a medio camino entre el desierto de Tabernas y la costa del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Su término municipal es uno de los más grandes de España y también uno de los más diversos en paisaje. 

Por un lado, encontramos montañas áridas, ramblas secas y sierras escarpadas. Por otro, un litoral lleno de calas escondidas, playas vírgenes y formaciones volcánicas que lo convierten en un entorno casi irreal. 

Agua Amarga Agua Amarga, una de las pedanías de Níjar. ©Turismo de Níjar.

La combinación de geografía, clima y baja densidad de población han hecho de Níjar un refugio ideal para quienes buscan una prolongación del verano. No es raro ver a gente bañándose en el mar en noviembre, ni resulta extraño que sus playas sigan atrayendo visitantes cuando en otros puntos del país ya se han guardado las sombrillas.

Quien llega a Níjar suele hacerlo con una idea clara: disfrutar de su costa. Aunque el centro urbano del municipio está algo alejado del mar, los núcleos costeros como San José, Las Negras, Agua Amarga o Rodalquilar concentran la mayor parte de la vida veraniega. San José es el más animado, con una oferta amplia de alojamientos, bares y pequeñas tiendas. 

Desde allí se puede acceder fácilmente a dos de las playas más emblemáticas de toda la costa andaluza: la playa de los Genoveses y la playa de Mónsul. Ambas están en pleno corazón del parque natural, rodeadas de dunas fósiles, formaciones rocosas y una vegetación que resiste como puede al sol y al viento.

El Playazo de Rodalquilar El Playazo de Rodalquilar, en Níjar. ©Turismo de Níjar.

Mónsul, en particular, tiene una historia que va más allá de su belleza. Fue el escenario de una de las escenas más recordadas de Indiana Jones y la última cruzada, cuando Sean Connery, paraguas en mano, espanta a unas gaviotas que terminan provocando el accidente de un avión enemigo. 

Aquella escena se rodó precisamente en esta playa, y desde entonces, muchos fans del arqueólogo más famoso del cine han peregrinado hasta aquí para reconocer los paisajes de la película. Pero incluso sin el guiño cinematográfico, Mónsul es una joya. Su arena es fina y gris, su agua clara y tranquila, y la gran roca volcánica que se alza en medio de la orilla la convierte en uno de los paisajes más fotografiados del sur peninsular.

Además de playas, Níjar tiene rutas de senderismo, miradores naturales y antiguos cortijos convertidos en alojamientos rurales. Rodalquilar, por ejemplo, fue un antiguo poblado minero que hoy conserva restos de su pasado y un jardín botánico que vale la pena visitar. 

La Isleta Del Moro La Isleta del Moro. ©Turismo de Níjar.

Agua Amarga, por su parte, es un pueblo blanco que parece suspendido en el tiempo, ideal para quienes buscan tranquilidad absoluta. Incluso en pleno verano, su ambiente es relajado, casi íntimo. Y a medida que el calendario avanza hacia el otoño, esa calma se acentúa sin que el clima se vuelva hostil.

Lo interesante de Níjar no se limita a su paisaje. También hay un componente agrícola que la hace única. Aquí se cultivan los únicos tomates de España con Indicación Geográfica Protegida (IGP). 

Son los conocidos Tomates La Cañada-Níjar, y crecen gracias a las condiciones excepcionales del entorno: muchas horas de sol, baja humedad y una tierra que, aunque austera, es generosa si se trabaja con mimo, que ofrece un auténtico lujo en esta época del año, justo cuando están en su mejor momento.

TOMATE LA CAÑADA NIJAR Tomate La Cañada-Níjar.

Así que cuando uno piensa en Níjar, no solo debe imaginar playas o escenas de cine. También hay que pensar en tomates recién recolectados, en cenas frente al mar en pleno octubre, en paseos al atardecer por caminos polvorientos y en un clima que, de alguna manera, parece ignorar el paso del tiempo.

Imágenes | Turismo de Níjar 

En DAP | Es uno de los pueblos más bonitos de Almería y menos conocidos, y también un destino perfecto para senderistas

En DAP | Se ha recorrido toda España y tiene claro que el pueblo pesquero perfecto está en Almería: “Un oasis detenido en el tiempo"



Inicio