La dieta atlántica, que no mediterránea

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No es una novedad puesto que los nutricionistas, cocineros y demás profesionales que defienden la dieta atlántica llevan más de diez años hablado sobre sus beneficios. Es una dieta diferente a la mediterránea, aunque parece igual de saludable que nuestra más afamada dieta.

Lo primero, debemos recordar que aunque se llame dieta a la mediterránea, no es una dieta tal cual. Si no son una serie de recomendaciones, consejos de vida y hábitos alimenticios saludables encaminados a realizar un consumo de ciertos alimentos y unas determinadas proporciones, además de hacer ejercicio, beber agua, etc.

Pulpo a la gallega

Pues bien, la dieta atlántica es muy similar en ese aspecto, puesto que son recomendaciones exactamente iguales. La diferencia es que priman unos alimentos más que otros. En concreto son hábitos que comparten las regiones bañadas por el océano atlántico, de ahí su nombre.

La dieta atlántica

La característica principal de la dieta atlántica es que es una dieta en la que se consume mayor cantidad de proteína que otras dietas similares, como la mediterránea. Y aunque se aconseja el consumo de pescado también, la proteína viene más del consumo de carnes rojas, además de huevos, lácteos y legumbres.

El consumo de pescados y mariscos también es más elevado, al igual que los hidratos de los cereales, patatas y legumbres. Claro está que esta dieta, como otras, se fija en el entorno más cercano, como son los recursos que se pueden obtener del mar y los ríos.

Otros aspectos son muy similares a la mediterránea, como son el consumo de frutas y hortalizas, la utilización de aceite de oliva para cocinar y como aderezo, o por el ejemplo la realización de ejercicio o el consumo de agua.

De esta forma, y al igual que lo tiene la dieta mediterránea, en esta dieta han creado también su propio decálogo.

Decálogo de la Dieta atlántica

*Consumo muy elevado de pescados (de mar y de río) y mariscos (moluscos y crustáceos) que constituyen la gran reserva actual natural del Atlántico. Se recomienda el consumo de pescado y marisco de tres a cuatro veces a la semana en las diferentes etapas de la vida. * Consumir alimentos vegetales en abundancia: cereales, patatas y legumbres. Las dietas ricas en estos alimentos constituyen la mejor manera de conseguir un perfil calórico recomendado en el que un 50% de la energía total consumida lo sea en forma de hidratos de carbono complejos, así como para favorecer un mayor aporte de fibra. * Consumo elevado de frutas y hortalizas. Se recomienda el consumo de una amplia variedad de frutas, sobre todo manzanas y cítricos. De las hortalizas, conviene mantener el consumo de las del género Brassica (repollo, berzas, grelos y nabizas), además de judías, pimientos, cebollas, zanahorias, guisantes y ajos. * Utilización de aceite de oliva como principal grasa culinaria, especialmente como aderezo en crudo. * Consumir diariamente productos lácteos. Son excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio o fósforo) y vitaminas. De forma adicional, el consumo de leches fermentadas está asociado a una serie de beneficios para la salud al aportar microorganismos capaces de mejorar el equilibrio de la microflora intestinal. * El consumo de carnes es importante y debe hacerse con moderación. Es recomendable que se consuman las carnes magras que formen parte de platos a base de verduras, legumbres o patatas. * Se recomienda la ingesta abundante de líquidos, sobre todo de agua como bebida de excelencia. El vino se ha de tomar a través de un consumo moderado, responsable e inteligente, y con las comidas. * Gusto por la sencillez en la preparación de los alimentos para mantener la calidad de las materias primas y, por tanto, el valor nutritivo. El empleo de la cocción, la plancha, la fritura en aceite de oliva o las técnicas de empanado no desvirtúan las características organolépticas y nutritivas de las materias primas de la dieta atlántica. * Mantenimiento de los hábitos alimentarios tradicionales atlánticos. Se sabe comer y se disfruta de ello. * Realizar actividad física todos los días es tan importante como comer adecuadamente.

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