Que nos vuelve locos el aperitvo del fin de semana no es ningún secreto, por eso cada sábado procuramos traer sugerencias nuevas. Las de hoy nos llevan a lo tradicional y con estas siete tapas clásicas nos vamos a preparar un picoteo este finde de esos que marcan historia.
Elaboraciones muy, pero que muy, conocidas por todos que llevan años en el recetario tradicional español. Tapas de mejillones a la marinera, gilda, patatas alioli, garbanzos con espinacas, champiñones al ajillo, patatas bravas y setas empanadas con alioli. Nosotros ya sabemos por cuál vamos a empezar. Vosotros ¿estáis también listos?
Gilda clásica
La gilda es uno de los pintxos más clásicos e icónicos del País Vasco, una receta con nombre propio sencillísima de preparar en casa. Nació en el bar Casa Vallés de Donostia, fundado en 1942 y que sigue en activo. En realidad la "receta" ya existía, pero no fue bautizada como tal hasta que un cliente muy ocurrente dijo que la banderilla era como el personaje de Rita Hayworth de la película Gilda, estrenada en 1946: verde, salada y un poco picante. La denominación se hizo popular y así se sigue llamando hoy a este famoso pincho.
Ingredientes para dos personas: 6 piparras o guindillas en vinagre, 6 anchoas en salazón, 12 aceitunas verdes sin hueso (aunque la original es con hueso) y aceite de oliva virgen extra de buena calidad.
Elaboración: Preparar unas brochetas o palillos de aperitivo y una bandeja o fuente donde servir los pinchos. Escurrir las guindillas o piparras del líquido de la conserva y cortar el rabito. También se puede dejar si se desea. Cortar cada unidad en dos trozos o dejar enteras, si son pequeñas.Escurrir también los filetes de anchoa y limpiar un poco del aceite de la conserva. Montar cada pincho empezando con una aceituna, una porción de piparra y ensartar después la anchoa doblada sobre sí misma. Volver a introducir una mitad de piparra y terminar con otra aceituna. Continuar hasta terminar los pinchos y aliñar al gusto con buen aceite de oliva virgen extra.
Enlace | Gilda clásica: receta del pincho más famoso del País Vasco
Patatas alioli
Estamos tan acostumbrados a que nos sirvan patatas alioli en nuestros bares que no reparamos en que la podemos hacer en casa y adaptarla a nuestros gustos. Solo necesitamos unas buenas patatas, un alioli casero (o una mayonesa de ajo), mezclar y espolvorear con perejil. Os contamos la mejor forma de hacerlas y los trucos para que estén igual (o mejor) que en vuestro local preferido.
Ingredientes para cuatro personas: 2 patatas, 1 huevo, 1 diente de ajo, 150 ml de aceite de girasol, unas ramitas de perejil, sal y unas gotas de zumo de limón.
Elaboración: Cocemos las patatas sin pelar -bien lavadas- en una cazuela con agua con sal durante unos 20 minutos o hasta que estén bien cocidas. Retiramos de la cazuela, pelamos y cortamos en trozos irregulares, dejándolas en un bol para que se enfríen bien. Preparamos el alioli o all-i-oli siguiendo la receta de nuestro gusto, nosotros hemos optado por la mayonesa de ajo. Para ello ponemos el huevo, el diente de ajo y el aceite de girasol en un vaso alto, añadimos unas gotas de limón y metemos la batidora bien recta, dejándola quieta hasta que cambie el sonido. Entonces vamos levantando despacio y ya tenemos la salsa lista. Cuando las patatas estén frías, agregamos nuestra salsa de alioli poco a poco y mezclando con cuidado para que no se partan. Finalmente picamos el perejil bien fino y lo incorporamos a las patatas alioli. Reservamos un poquito más para espolvorear por encima en el momento de servir y una ramita para decorar. Guardamos las patatas cubiertas de film de cocina transparente en la nevera durante 30 minutos, para que estén bien frías cuando las vayamos a comer.
Enlace | Patatas alioli: receta de tapa fácil, sabrosa y económica
Mejillones a la marinera
La verdad es que decir que esta receta de mejillones a la marinera es fácil y rápida es quedarse corto pues también es altamente nutritiva, muy baja en calorías y extremadamente sabrosa. Es de esas recetas que requieren mucho pan para mojar en la salsa que se crea con la cocción del mejillón, el vino y la cebolla, que merece la pena preparar a menudo.
Ingredientes para cuatro personas: 1 kg de mejillones frescos y limpios, 150 g de cebolla, 80 ml de vino blanco, 2 ramas de tomillo fresco rama, 1 hoja de laurel, 1 rama de romero fresco 5 g de pimentón dulce, sal, pimienta negra molida, aceite de oliva virgen extra y perejil (opcional).
Elaboración: Es necesario tener los mejillones limpios y listos antes de empezar a cocinarla. Aquí os dejamos unos consejos sobre su limpieza que os vendrá de perlas a la hora de poneros a ello y que os ahorrarán tiempo de trabajo. Pelamos la cebolla y la picamos muy finamente. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y pochamos la cebolla durante unos cinco minutos (no debe dorarse). Añadimos el pimentón dulce, removemos para que no se queme. Inmediatamente después incorporamos los mejillones y regamos con el vino blanco, salpimentamos e incorporamos la hoja de laurel, las hojas de tomillo y la rama de romero. Cocemos a fuego fuerte durante cinco minutos o hasta que los mejillones se abran. Una vez listos, separamos las conchas, colocamos las que tienen el mejillón en una fuente, regamos con la salsa y servimos inmediatamente. Si os gusta que la salsa sea más espesa, la podéis dejar reducir a fuego fuerte mientras desconcháis los mejillones o añadir un poco de espesante instantáneo y dejar cocer a fuego suave durante un par de minutos. Igualmente podemos espolvorar con perejil fresco picado en el momento de servir.
Enlace | Mejillones a la marinera, receta fácil y rápida
Champiñones al ajillo
Esta receta de champiñones al ajillo es una buena manera de incorporar vegetales a nuestra dieta, además se prepara en un abrir y cerrar de ojos y no tiene complicación alguna. La mezcla de aceite de oliva y jugo que sueltan los champiñones da lugar a una salsa de sabor espectacular, así que preparad mucho pan porque lo vais a necesitar.
Ingredientes para cuatro personas: 1 kg de champiñones, 100 ml de aceite de oliva virgen extra, 3 dientes de ajo, 10 ml de zumo de limón, perejil fresco, sal, pimienta negra molida y 1 guindilla cayena (opcional).
Elaboración: Cepillamos los champiñones y los colocamos en un bol con agua fría y el zumo de limón. Se lavan bien y se secan muy rápidamente con un paño de cocina limpio. Los picamos si son grandes o los dejamos tal cual si es del champiñón de calibre pequeño. Rehogamos los dientes de ajo, laminados o picados, en una cazuela de fondo grueso con el aceite. Cuando estén dorados añadimos los champiñones y salpimentamos. Podemos añadir una guindilla cayena para dar un toque picante. Cocemos a fuego medio durante 10 minutos, después subimos el fuego a fuerte y dejamos que se cocinen durante cinco minutos más, removiendo para que los champiñones se cocinen por igual. Servimos calientes y espolvoreados con perejil.
Enlace | Champiñones al ajillo, receta
Garbanzos con espinacas
Los garbanzos con espinacas son un plato muy típico de Sevilla y de buena parte de Andalucía. No es un potaje, ni se come con cuchara, sino un plato seco de legumbres repleto de sabor y muy contundente. Quizás por esto, por su contundencia, los garbanzos con espinacas se suelen comer más como tapa. Comida sencilla, humilde, económica y muy sabrosa. ¿Alguien da más?
Ingredientes para cuatro personas: 500 g de garbanzos cocidos, 400 g de espinaca congelada, 2 dientes de ajo, 1 rebanada de pan de hogaza, 5 g de comino molido, 5 g de cilantro molido, 5 g de pimentón dulce, una pizca de pimienta blanca molida, 60 g de salsa de tomate, 30 g de vinagre de manzana, 100 ml de agua, 100 g de aceite de oliva virgen extra y sal.
Elaboración: En una cazuela con un par de dedos de agua ponemos a cocer a fuego medio las espinacas congeladas durante unos 15 minutos o el tiempo necesario para que se descongelen. Tendremos cuidado con el agua para que no se consuma, pues no queremos que se nos agarren a la cazuela. Una vez listas, las escurrimos bien de agua y las picamos con un cuchillo afilado. En una sartén calentamos el aceite y freímos los dientes de ajo previamente pelados. Cuando comiencen a dorarse los retiramos y los colocamos en el vaso de una batidora de mano. En el mismo aceite freímos la rebanada de pan hasta dorar. La escurrimos y la añadimos al vaso de la batidora junto con el comino, el cilantro, el pimentón, la pimienta blanca, la salsa de tomate y un pellizco de sal. Añadimos también al vaso el vinagre, el agua y la mitad del aceite. Trituramos bien y reservamos. En una sartén grande vertemos el aceite que nos ha sobrado de freír el ajo y el pan, lo calentamos y añadimos las espinacas picadas. Salteamos durante un par de minutos antes de agregar la majada que tenemos reservada y cocemos dos minutos más, removiendo para que se mezclen los sabores. Por último añadimos los garbanzos cocidos y salteamos durante cinco minutos. Probamos de sal y rectificamos si fuera necesario antes de servir.
Enlace | Garbanzos con espinacas, receta tradicional
Patatas bravas
Las patatas bravas son uno de los más clásicos aperitivos que podemos encontrar en los bares de toda España. Hay muchas recetas de patatas bravas con variaciones fundamentales en los ingredientes utilizados. La salsa auténtica de las bravas no es una salsa picante de tomate sino una crema velouté hecha con pimentón. Para que podáis preparar las bravas en casa os dejamos nuestra receta.
Ingredientes para tres personas: 3 patatas medianas, 3 cucharadas soperas de salsa brava, aceite de oliva virgen extra, sal y un poco de perejil para decorar. Para la salsa brava: 1/2 cebolla, 1/2 cucharada sopera de pimentón dulce, una cucharada sopera de pimentón picante, 2 cucharadas soperas de harina y 500 ml de caldo de pollo.
Elaboración: Para hacer la salsa, comenzamos picando la cebolla muy fina y pochándola en una sartén amplia con cuatro cucharadas de aceite de oliva. Dejamos que la cebolla se vaya haciendo a fuego muy lento y antes de que tome color, añadimos el pimentón dulce y el pimentón picante, mezclando bien con la cuchara. Incorporamos la harina, la cocinamos un minuto o dos y cuando se ligue con el aceite formando un roux, añadimos el caldo de pollo poco a poco. Cocinamos durante diez minutos para que el pimentón y la harina no queden crudos. Finalmente, trituramos y pasamos por un colador fino. Para preparar las patatas, las pelamos bien y las cortamos en trozos irregulares que puedan caber en la boca de un solo bocado. Ponemos a calentar el aceite de oliva y las freímos a fuego medio hasta que comiencen a dorarse. Escurrimos bien, cubrimos con un poco de salsa brava, espolvoreamos con una pizca de perejil picado y servimos inmediatamente.
Enlace | La receta definitiva de las patatas bravas
Setas empanadas con alioli
Las setas empanadas con alioli resultan un bocado delicioso y combinan una textura excelente con un sabor intenso. Además, como se asemejan en su aspecto a los clásicos escalopes o milanesas de carne, son estupendas para iniciar a los más pequeños en el placer de probar nuevos platos y acostumbrarse a otros aromas. Están buenas así sin más, según se terminan de freír, pero con un poco de alioli casero alcanzan otra dimensión.
Ingredientes para cuatro personas: 12 setas de cultivo, 2 huevos, 100 g de pan rallado, sal y abundante aceite de girasol para freír.
Elaboración: Colocamos en fila un plato con el huevo batido, otro con el pan rallado y una fuente o bandeja donde dejar las setas empanadas. Sazonamos las setas, las pasamos por huevo y después por pan rallado. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos las setas en varias tandas para que no baje su temperatura. Escurrimos en papel absorbente y llevamos a la mesa con un poco de alioli en cada plato para que cada uno se lo distribuya a su gusto. Para hacer el alioli, podéis seguir los pasos que os indicamos en cómo hacer alioli.
Enlace | Receta de setas empanadas con alioli
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