Hoy os traigo un cake de plátano y nata que yo llamaría receta de aprovechamiento. Y es que en mi casa los plátanos sufren unas transformaciones rapidísimas que les hace pasar de estar verdes a muy maduros, pero tan maduros, que se deshacen en cuestión de veinticuatro horas. Así que siempre me encuentro con algún que otro trasteando por el frutero y que va quedándose como el “no elegido”, con el consiguiente paso de otro día más que ya lo hace incomible por parte de cualquier miembro de la familia.
Suerte que hay recetas como es el caso de esta que lo que nos piden son plátanos bien maduros, casi desarmados y que nos sirven para hornear un magnífico bizcocho de desayuno o merienda en las cuales los plátanos se convierten en los protagonistas absolutos y los que le dan textura y sabor a este cake.
Comenzamos precalentando el horno a 180 grados. Mientras en un bol echar la nata y la cucharada de zumo de limón, removemos y dejamos reposar unos diez minutos hasta que parezca que se haya cortado. En el vaso de la batidora trituramos los plátanos hasta dejarlos como un puré. Reservamos estas dos cosas para después.
Con unas varillas o un robot de cocina batimos la mantequilla> con los dos tipos de azúcares. Vamos añadiendo los huevos de uno en uno, incorporando bien antes de echar el siguiente. Mezclamos la harina con la levadura y la vertemos sobre la mezcla anterior, removemos hasta integrar los ingredientes y por último le añadimos la nata y el puré de plátanos.
Vertemos toda la mezcla en un molde de corona engrasado y espolvoreado con un poco de harina y horneamos con ventilador a 170 grados o bien calor arriba y abajo a 180 grados en una posición intermedia de altura en el horno, durante unos 40 minutos o hasta que al pinchar con una aguja de horno veamos que esta sale limpia.
Con qué acompañar el cake de plátano y nata
El cake de plátano y nata tiene una textura más húmeda que la de un bizcocho clásico debido a la fruta, por eso es ideal consumirlo en dos o tres días a lo máximo. Disfrutaréis si os gusta el plátano, de un bizcocho con mucho sabor y muy energético, pero suave al llevar la nata ácida, que al igual que el buttermilk aporta mucha jugosidad a todas estas preparaciones.
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