Un postre dulce para aprovechar claras de huevo sobrantes que tengamos, o si necesitamos gastar un bote de claras pasteurizadas abierto, es este esponjoso gâteau de vainilla, una delicia de la dulcería gala que no conocíamos hasta hace poco, y que ya se va quedar como un pastel fijo en nuestro recetario. Sin olvidarnos de nuestra deliciosa bica gallega.
La receta original es de Maxime Frédéric, todo un experto en el arte de la repostería y pastelería francesa, que hemos adaptado ligeramente. En la elaboración original se supone que hay que cubrir todo el molde, de anillo preferiblemente, ya engrasado, con azúcar granulado para darle un toque más crujiente y dulce. Lo hemos omitido porque no nos gusta el exceso de dulzor ni la textura directa del azúcar, pero cada cual es libre de aplicarlo o no.
Precalentar el horno a 180ºC con aire. Engrasar un molde redondo tipo bundt o de anillo con mantequilla y espolvorear con azúcar moreno si se le quiere dar el toque más caramelizado y crujiente a la corteza del bizcocho.
Derretir la mantequilla a fuego suave con el azúcar moreno o mascavado, añadir la vainilla (sacar las semillas interiores si se usa una vaina fresca) y llevar a otro recipiente más grande y frío.
Medio montar las claras de huevo con batidora de varillas; añadir la mitad del azúcar blanco y seguir batiendo. Incorporar el resto de azúcar y batir más hasta que quede textura como de merengue. Echar un par de cucharadas a la mantequilla derretida y mezclar con unas varillas o espátula. Seguir añadiendo la mezcla de claras dejando 1/4 sin echar.
Tamizar encima la harina con la sal agregándola poco a poco y mezclando. Antes de echarla toda, terminar de incorporar las claras montadas y terminar agregando la harina restante. Combinar hasta tener una masa homogénea y verter en el molde.
Hornear durante unos 30-35 minutos; esperar 10 minutos fuera del horno y desmoldar dándole la vuelta sobre una rejilla. Dejar enfriar por completo.
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Con qué acompañar el gâteau Annécien
El momento perfecto para tomar este pastel o bizcocho francés es en la sobremesa o merienda con un café recién hecho, o una infusión o té que nos guste. Nadie le hará ascos en el desayuno si se tiene el antojo goloso, con una taza de chocolate caliente, y podemos convertirlo en un postre espolvoreándolo con azúcar glasé tamizado y sirviéndolo con nata montada y unos frutos rojos.
En DAP | Madeleines de almendra
En DAP | Crème brûlée
