Como lo prometido es deuda aquí os traigo para los que habéis preparado el tocino de cielo, y para los que no también por supuesto, la receta de aprovechamiento de las claras sobrantes para elaborar una bica blanca de Laza. Un bizcocho típico de este concejo orensano, que seguramente hayáis oído nombrar en alguna ocasión por sus famosos carnavales.
Veréis que sale de un color muy blanco y con una delicada textura, todo ello aportado por las claras de huevo. Además, con su sabor inconfundible a nata, este dulce a medio camino entre un bizcocho y un pan, pues su masa no lleva levadura, os conquistará a la hora de la merienda para tomar con un café o porque no, para acompañar un chupito de un buen orujo gallego. Lo cierto es que apetece en todo momento.
Comenzar reservando 50 g de azúcar y precalentando el horno a 200 grados Montar con una batidora la nata bien fría y procurando que tenga más de un 35% de materia grasa, hasta que esté bien firme. Reservarla para más adelante.
Con la batidora de varillas batir en un recipiente muy grande las doce claras de huevo a temperatura ambiente. A medida que vamos batiendo ir añadiendo el azúcar poco a poco para que se vaya incorporando y seguir hasta que se monten formando picos. Reservar. Tamizar la harina e ir añadiéndola a las claras montadas, mezclando suavemente para que no se bajen, puesto que será lo que aporte esponjosidad a la bica.
Mezclar la nata montada hasta que la veamos integrada en la masa. Disponer la masa en un molde metálico rectangular de unos 35 x 25 centímetros y que tenga las paredes altas. En mi caso no lo he engrasado ya que lo forré con papel anti adherente para horno. Si no disponéis de ese tipo de molde la podéis cocer perfectamente en uno redondo. Espolvorear el azúcar reservado por encima para que forme una costra.
Hornear durante cuarenta y cinco minutos a 180 grados o hasta que al pincharlo con un palillo éste salga limpio. Dejarlo unos minutos que atempere en el molde y pasarla a una rejilla para que acabe de enfriar antes de trocear y consumir, congelar, etc.
Con qué acompañar la bica blanca de Laza
La bica blanca de Laza se conserva tierna varios días e incluso está mejor al día siguiente de ser horneada. Es perfecta para darse un capricho a la hora del desayuno o la merienda, acompañada de un vaso de leche bien fresca o una taza de café, té o vuestra bebida favorita.
En Directo al Paladar | Bizcocho casero. Descubre los trucos para que salga esponjoso
En Directo al Paladar | Bizcocho de magdalena. Receta