Si alguna vez os fijáis cuando vais a comer a un restaurante, en muchos platos, tanto salados como dulces, aparece una estela de fruta para acompañar al producto. Muy comunes, los sabores de fresa, frutos del bosque, mango...Es un coulis, que no es más que una reducción de fruta pasada por un tamiz. Aunque no sea el más habitual, para mí el coulis de ciruelas claudias es una delicia y sirve para casar con muchas recetas.
Aparte de poder utilizarlo como base en diferentes postres como helados, bizcochos o tartas, también nos sirve para presentar junto a carnes, ya que combina perfectamente. El coulis se debe pasar por colador chino o tamiz pero si no queréis ser tan puritanos y os gusta con cuerpo, tipo compota, omitid este paso.
Lavamos y secamos las ciruelas. Las deshuesamos y colocamos las mitades en un cazo. Por encima echamos el azúcar moreno y dejamos reposar durante 15 minutos para que la fruta suelte algo de jugo. Si queremos omitir este paso podemos agregar directamente 40 ml de agua a la mezcla y pasar al paso siguiente.
Pasado el tiempo de reposo ponemos el cazo al fuego, tapamos y llevamos a ebullición suave. Cocemos durante 15 minutos o hasta que la fruta esté tierna. Retiramos del fuego, dejamos templar y pasamos por un tamiz o colador chino.
Vertemos el coulis en frascos y refrigeramos hasta el momento de utilizar. Si esterilizamos los frascos no hace falta que guardemos el coulis en la nevera y la duración será mucho más larga.
Con qué acompañar el coulis de ciruelas claudias
Esta receta de coulis de ciruelas claudias para postres se conserva perfectamente un par de semana refrigerado, ya que el propio azúcar que contiene la fruta, más el que se agrega, son un conservante natural excepcional.