No es muy habitual servir como postre una especie de ensalada, pero estoy segura que si en tu mesa presentas esta ensalada dulce de naranjas y dátiles a tus comensales, ninguno de ellos echará en falta un postre al uso. Esta ensalada, muy fácil y sencilla de preparar esta repleta de sabores bien conjuntados, con el ácido del cítrico en combinación con los crujientes frutos secos.
Cuando las naranjas estén en su momento mejor de sabor no dejéis de probar esta ensalada de postre o de merienda, además de tomar vitaminas disfrutaréis de un plato fresco y muy apetecible.
Pelamos a lo vivo cuatro naranjas y las cortamos en gajos. Los colocamos repartidos en cuatro platos de servicio. Seguidamente despepitamos los dátiles y los cortamos en tiras finas. Los añadimos por encima de cada plato de naranja.
Pelamos los pistachos y los echamos en un mortero machacándolos groseramente hasta que queden en trozos irregulares, los repartimos por encima de nuestras naranjas y dátiles.
La naranja que nos queda la exprimimos hasta obtener los 25 mililitros de zumo. Ponemos un cacito al fuego y calentamos ligeramente el zumo con la miel de azahar y las gotas de agua de azahar. Echamos esta salsa templada por encima de cada ensalada y una pizca de canela si nos gusta. Servimos.
Con qué acompañar la ensalada dulce de naranjas y dátiles
La ensalada dulce de naranjas y dátiles se debe servir recién hecha para que los frutos secos no pierdan su crujiente. Esta ensalada está también riquísima acompañada de pequeñas quenelles de queso ricotta o queso fresco de cabra.
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