Benditas magdalenas y su extraño poder de llenarnos de nostalgia. Siendo muy distintas a las madeleines -al menos en nuestra concepción de este dulce-, nos identificamos con Proust y su literario efecto cuando ese inconfundible aroma inunda la cocina. Hemos hecho magdalenas de chocolate, las hemos preparado con leche evaporada y hasta con masa madre, y hoy son las magdalenas de yogur las que se suman a nuestro goloso recetario.
El reposo de la masa antes de hornear es un paso fundamental
Para conseguir unas magdalenas esponjosas, tiernas y con copete, nunca nos podemos saltar tres pasos: el batido a conciencia de los huevos, el reposo, y el precalentamiento a tope del horno. Además, es importante utilizar ingredientes de primera categoría, con huevos de gallinas con código 0 o 1 -o ecológicas- y yogur de verdad. En nuestro caso hemos empleado un yogur de oveja, sin más ingredientes que la leche entera del animal y los fermentos correspondientes; puede ser cualquier otro que cumpla estas condiciones.
En cuanto al aceite, nos gustan con un buen virgen extra de aroma suave, aunque si os parece demasiado fuerte el aroma que deja, podéis recurrir al de girasol. Aunque tenemos que decir que es el de oliva el que proporciona ese sabor inconfundible de lo que, para nosotros en casa, debe tener una auténtica magdalena.
Si es posible, comenzar a trabajar con todos los ingredientes a temperatura ambiente, dejando el yogur y los huevos una hora fuera de la nevera. Abrir estos en un recipiente hondo (pesándolos para obtener los 165 g, aproximadamente) y empezar a batirlos un poco con batidora de varillas
Añadir el azúcar y seguir batiendo, incrementando la velocidad poco a poco, durante, al menos cinco minutos. Hay que lograr que aumenten de volumen y adquieran un color pálido, cremoso. Agregar ahora el yogur, la ralladura fina de limón (o naranja) y el aceite, y seguir batiendo un par de minutos más.
Mezclar aparte con unas varillas la harina, la sal y la levadura, y añadirlas en varias tandas a la masa principal. Remover manualmente entre cada adición, y terminar batiendo la masa completa con la batidora a velocidad media.
Tapar la masa y dejar reposar, como mínimo, 30 minutos. Salvo que haga mucho calor, se puede dejar en una zona fresca de la cocina; si se van a dejar más tiempo, guardar en la nevera. Si se deja varias horas, sacar un rato antes de hornear para que no esté tan fría.
Precalentar el horno al máximo con calor arriba y abajo (unos 250ºC). Repartir las cápsulas de papel en moldes rígidos y llenar con la masa, dejando un dedo antes de llegar al borde. Si se desea, cubrir con azúcar para hacer costra.
Introducir en el horno y bajar la temperatura a 220ºC Si el horno es muy potente o se empiezan a tostar demasiado rápido, bajar a 200ºC. Hornear durante unos 15 minutos, hasta que estén doradas. Sacar y esperar un poco antes de desmoldar sobre una rejilla.
Con qué acompañar las magdalenas de yogur
El sabor y la textura inconfundible de unas magdalenas caseras tradicionales no necesita más florituras de acompañamiento que el típico vaso de leche o, para los mayores, un café o infusión al gusto. En días fríos apetece mucho con una bebida reconfortante como el té chai latte, o una leche dorada vegetal bien aromática. Si te gustan más las bebidas frías, recomendamos una horchata casera.
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