La pera es considerada una fruta de invierno, pero lo cierto es que todo el año se puede disfrutar de ella y con deliciosas variedades en el mercado. A mí me parece que dependiendo de cómo la cocinemos podemos conseguir platos frescos como una brocheta salada, o bien dulces más contundentes como esta tarta de pera y crema frangipane.
El frangipane es una crema pastelera con almendra, un clásico de la repostería francesa y que ellos emplean para rellenar su galette de Rois así como distintas tartaletas y pasteles. Puede tomarse solamente cocida, sin pasar por el horno, para lo que se aconseja utilizar almendra tostada mejorando así su sabor. O bien como en este caso ir horneada, para lo que he usado almendra molida en crudo.
Disponer un molde de tarta de unos veintitrés centímetros de diámetro desmontable y colocar la masa quebrada forrando toda la superficie pinchándola con un tenedor por el fondo y los laterales. Meterla en el congelador mientras que se precaliente el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Una vez que el horno haya llegado a su temperatura, hornear diez minutos. Retirar y reservar.
Pelar y lonchear las peras para un plato reservándolas. Para la crema, poner la mantequilla, el azúcar y la almendra molida y batir hasta que se vuelva una masa pálida. Añadir los huevos uno a uno y batir hasta incorporarlos. Después echar dos cucharadas soperas del licor y la harina, batir lo justo hasta incorporarla y que no se vean grumos.
Echar la pasta frangipane encima de la masa semihorneada y colocar las lonchas de pera por encima. Hornear durante 50 minutos o hasta que esté firme al tacto. Mientras combinar el resto del licor con la mermelada templada y pincelar la superficie de la tarta una vez salida del horno.
Con qué acompañar la tarta de pera
La tarta de pera y crema frangipane se sirve, si os gusta con más dulce, con un poquito de azúcar glasé espolvoreado, aunque está ya más que bien así sola con el baño de mermelada. Su base os recordará a la tarta de Santiago gallega pero con el toque fresco y suave que le aporta la pera en su superficie.
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