Hace años que conozco esta receta. Es una de esas que te pasa tu amiga y que ipso facto se acomoda en tu repertorio culinario. Al parecer el origen de este solomillo de cerdo con membrillo se encuentra en Arguiñano, aunque él usa otro corte del cerdo para prepararla.
Es una receta sencilla, pero que despierta pasiones allá donde va. Perfecta para dar salida a esa carne de membrillo que hay en la nevera, que le aporta un maravilloso toque dulzón a la salsa. Si eres de los que se mueren por los contrastes de sabores, esta receta está hecha para tí.
Cortamos el solomillo de cerdo en medallones de unos dos centímetros de grosor y salpimentamos. Calentamos un poco de aceite en una sartén y marcamos la carne a fuego fuerte junto con los dientes de ajos pelados. Deben quedar sellados por fuera y crudos por dentro. Retiramos los medallones de la sartén y reservamos. Desechamos los dientes de ajo.
Añadimos un poco más de aceite a la sartén y pochamos la cebolla, finamente picada, durante diez minutos o hasta que esté transparente. Añadimos entonces la carne de membrillo troceada y cocemos hasta que se funda.
Incorporamos el caldo y hervimos unos minutos para ligar la salsa antes de devolver los medallones a la sartén. Cocemos durante cinco minutos. Si queremos una salsa sin tropezones, la trituramos y colamos, pero no es necesario. Tostamos los piñones en una sartén sin aceite y los añadimos a la carne en el momento de servir.
Con qué acompañar el solomillo de cerdo con membrillo
Pan, mucho pan. Esa es nuestra principal recomendación. La salsa de este solomillo de cerdo con membrillo es tan deliciosa que vas a empezar con él y no parar. Además de eso, una guarnición de arroz blanco o puré de patatas le van que ni pintadas. Aunque no son las únicas opciones, en nuestra sección de guarniciones tienes muchas más.
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