Ayer tuve la suerte de conseguir auténticos espárragos trigueros. No hablo de espárragos verdes, sino de auténticos trigueros de campo, con su punto de amargor y su sabor fresco. Con ellos he preparado un estupendo revuelto de salmón y trigueros que disfrutamos anoche para la cena.
Además, como en casa estamos en proceso de aligerar nuestras cenas, preparamos el salmón y los espárragos en papillote, antes de pasarlos a la sartén para el revuelto.
Lo primero es limpiar y blanquear los espárragos trigueros, en una cacerola con agua salada. Una vez estén al dente, los pasamos a un bol con hielo para parar la cocción, y los escurrimos bien sobre el colador.
Para evitar el olor que se extiende por toda la casa, en lugar de saltear en una sartén, utilizamos un envase de silicona para hacer papillote y colocamos en él, el salmón picado en trozos y los espárragos. Un chorrito de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal y al horno 3 minutos. Además cocinados así, son mucho más ligeros.
Si no tenéis ese estuche, podéis hacer un envase casero con papel aluminio o papel de horno y cocer el salmón y los espárragos trigueros en él. Al cocerlos en el papillote, se harán al vapor en su propio jugo quedando muy ligeros.
Una vez los ingredientes estén al punto, ponemos en una sartén dos cucharadas de aceite de oliva, damos una vuelta a los espárragos y el salmón y añadimos los huevos sin batir, y los rompemos mientras movemos continuamente, hasta que termine de cuajar el huevo.
Con qué acompañar el revuelto de salmón
Podéis disfrutar de este revuelto de salmón y espárragos trigueros, acompañándolo de unas tostadas de pan crujientes o biscotes. Si no tenéis espárragos trigueros auténticos, podéis sustituirlos por espárragos verdes, mucho más fáciles de encontrar.
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