Añadiendo proteínas de calidad a una receta sencilla de pasta tendremos una comida bien completa perfecta para servir de plato único. Hoy dejamos de lado las típicas salsas de tomate y queso para optar por una versión vegetariana de una propuesta del británico Nigel Slater, sustituyendo la carne de salchicha original por soja texturizada en una receta de pasta con salsa de mostaza y tomillo.
A pesar de que se suele indicar que la soja texturizada hay que hidratarla primero, como haríamos con algas o setas secas, en este caso recomendamos incorporarla directamente a la sartén. Así coge mejor sabor y, sobre todo, una textura mucho más agradecida, evitando ese efecto "corchopán" de esponja que a veces produce este alimento. Hemos usado tomillo como hierba principal en la receta, pero puedes usar albhaca fresca si dispones de ella, como Slater hace en su fórmula original.
Poner a calentar una olla grande con abundante agua salada para cocer la pasta. Mientras entra en ebullición, calentar un chorrito de aceite de oliva en una sartén o cazuela ancha y dorar ligeramente los ajos, la cayena y una o dos ramitas de tomillo. Añadir la soja directamente y remover a fuego medio, dejando que se tueste un poco.
Cuando haya cocigo color y algo de humedad, regar con el vino, subir el fuego y esperar a que se evapore el alcohol. Echar la nata líquida, salpimentar y remover bien, bajando la potencia del fuego. Cocer mientras tanto la pasta unos 8 minutos, escurriéndola antes de estar al dente y reservando parte del agua.
Añadir la mostaza a la sartén, remover y agregar un poco del agua de cocción de la pasta. Incorporar esta escurriéndola con una espumadera y remover el cojunto unos pocos minutos, dejándola que termine de cocerse. Enriquecer la salsa con más agua de la pasta si fuera necesario y servir con más tomillo y pimienta recién molida.
Con qué acompañar la pasta con salsa melosa de mostaza
Ya hemos mencionado que es un plato bien completo al combinar la base de la pasta con la proteína de la soja, así que es perfectamente válido como comida o cena de plato único, ajustando las cantidades de las raciones según nuestras necesidades. En un menú más completo podemos combinarla con una ensalada sencilla de temporada, o una crema de verduras, para compensar la escasa presencia de hortalizas de la receta.
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