Como a la mayoría de niños, a mis hijos les cuesta bastante comer pescado sin protestar. Lo hacen, pero a regañadientes. Por eso suelo preparar a menudo esta sopa rápida de pescadilla para cenar, pues les encanta. Así que todos contentos.
Las cantidades de los ingredientes que os pongo son un poco a ojo, podéis variarlas si os apetece. Los ajos, por ejemplo, pueden disminuirse aunque son la clave para lograr el típico sabor de esta sopa, así que os aconsejo no usar menos de seis.
Empezamos calentando un poco de aceite en una cazuela de paredes altas, añadimos los dientes de ajo sin pelar y los freímos ligeramente. Para que se hagan bien lo que hago es inclinar la cazuela, además así no tengo que poner tanto aceite.
Añadimos después el perejil (sin tallos, limpio y troceado), la cabeza de pescado, y lo dejamos sofreír todo. Da igual si el pescado se deshace porque luego lo vamos a desechar. Tiene que quedar todo bien hecho, para que al añadir el agua, el caldo tenga más sabor.
Añadimos agua en cantidad suficiente y, cuando hierva, agregamos la cola de la pescadilla. Salamos y lo dejamos hervir todo unos diez minutos. Sacamos el pescado con cuidado para que no se rompa, colamos el caldo y hervimos la pasta. Servimos la sopa con la cola de pescadilla troceada y sin espinas.
Con qué acompañar la sopa de pescadilla
Suelo servir esta receta de sopa de pescadilla con los trocitos de pescado dentro del plato, pero bien podéis servirlos aparte o utilizarlos para otras recetas. Cuando mis hijos eran pequeños lo trituraba todo junto, para que no encontraran tropezones. De cualquier modo esta sopa está deliciosa.
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