Una buena pizza casera empieza siempre con una buena salsa. Te contamos cómo preparar la salsa de tomate perfecta: sencilla, aromática y con ese punto casero que marca la diferencia.
La clave de una pizza deliciosa no está solo en la masa o en el queso, sino en una salsa de tomate bien hecha. Con pocos ingredientes y un poco de tiempo, podrás conseguir una salsa sabrosa, suave y con todo el sabor de la auténtica passata italiana.
Sobra decir que lo más importante está en encontrar unos buenos tomates maduros y carnosos repletos de sabor. Lo demás está en cocinarlos el tiempo suficiente para terminar de completar esta receta casera.
Primero lavaremos bien los tomates, retiraremos el pedúnculo, y haremos un corte en forma de cruz en la parte inferior de cada tomate.
Escaldamos los tomates en abundante agua hirviendo 30 segundos. Escurrimos y enjuagamos de inmediato con agua fría para cortar la cocción. Pelamos los tomates.
Cortamos los tomates en cuartos, y los disponemos en una fuente apta para el horno (si la cantidad es mucha, recomendamos utilizar dos fuentes de horno para que la cocción sea uniforme). Sazonamos los tomates con sal y orégano, y bañamos con un buen chorrito de aceite de oliva.
Horneamos los tomates durante 1 h y 15 minutos a 180ºC. Pasado el tiempo de cocción, pasamos los tomates al vaso de la batidora, y trituramos bien. Si queremos una salsa de tomate más fina, pasamos la mezcla por un colador.
Con qué acompañar la salsa de tomate para pizza
Además de degustarla como base para tus pizzas caseras, esta salsa de tomate es tan versátil, que podrás incorporarla en cualquier plato de pasta, guisos de carne, etc.
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