Las gyozas y los dumplings siempre van acompañados de alguna salsa.
En China lo típico es mojarlos en vinagre negro chino, mientras que en Japón suelen servirse con salsa de soja mezclada con un poco de vinagre. Yo, en cambio, casi siempre preparo esta salsa casera porque me gusta más. Es rápida, fácil y lo bueno es que no solo sirve para gyozas, sino también para otros dumplings e incluso para darle un toque extra a un bol de noodles.
Sobre los ingredientes
Para esta salsa utilizo tres bases principales: salsa de soja, aceite de chile y vinagre negro chino. La proporción es sencilla: partes iguales de cada uno.
El aceite de chile, si tienes uno casero, perfecto. Si no, un frasco tipo Lao Gan Ma es perfecto. Y aquí viene un truco: si no tienes aceite de chile a mano, puedes sustituirlo por salsa macha mexicana. No es lo mismo, claro, pero el resultado queda espectacular, porque aporta picante y además el crujiente de los frutos secos tostados.
El vinagre negro chino es lo más típico en la cocina china para mojar dumplings. Si no lo encuentras, puedes usar vinagre de arroz, aunque el sabor será un poco más ligero.
No tiene misterio. Simplemente mezcla a partes iguales salsa de soja, aceite de chile y vinagre negro chino. Añade media cucharadita de azúcar, remueve hasta que se disuelva bien y termina con un buen puñado de semillas de sésamo tostadas. Ajusta la cantidad de cada ingrediente según lo quieras más salado, ácido o picante.
Con qué acompañar esta salsa
Por supuesto, lo primero es con gyozas recién hechas, sean al vapor, a la plancha o fritas. También combina genial con otros dumplings como jiaozi chinos o mandu coreanos. Si tienes noodles salteados, un chorrito de esta salsa les da un punto increíble. Y si eres de los que mojan pan hasta en la salsa de ensalada, no dudes en probarla con arroz blanco o incluso con unas verduras al vapor.
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