La salsa macha es de esas salsas que, cuando las pruebas, ya no puedes parar. Es típica de la cocina mexicana y combina chiles secos, frutos secos, semillas y aceite. El resultado es una mezcla crujiente, con un punto picante y mucho sabor, que puedes usar para animar desde unos tacos hasta unas verduras a la plancha.
Tiene un primo lejano en China, el aceite de chile chino (como el de la marca Lao Gan Ma), pero la macha es más ahumada y mezcla cacahuates, pipas y semillas de sésamo que le da una textura distinta.
Qué ingredientes lleva la salsa macha
La gracia de la salsa macha está en la combinación de chiles secos con frutos secos y semillas. Yo he usado chile ancho (que no pica, solo da color y un sabor ahumado), guajillo (también suave y con un punto afrutado) y chile de árbol (más pequeño y picante). Si prefieres una salsa muy suave, puedes reducir la cantidad de chile de árbol o incluso prescindir de él.
Lo ideal sería usar aceite de cacahuete, pero no es fácil de encontrar en España. Lo puedes conseguir en tiendas de productos mexicanos e incluso lo encontrarás en tiendas de productos indios. Yo para hacer cualquier aceite de chile, siempre utilizo el aceite de girasol y va muy bien. También puedes experimentar con otros chiles que tengas a mano: pasilla, ñoras, guindillas, chipotle seco o morita.
Aparte de los chiles, lleva ajo, cacahuetes, pipas y un poco de sésamo, que juntos aportan ese sabor tostado tan característico y una textura crujiente. El vinagre equilibra la grasa del aceite y los arándanos (o pasas) le dan un punto dulce.
Primero calienta el aceite en una cazuela a fuego bajo. Añade los dientes de ajo enteros y deja que se hagan despacio hasta que estén dorados y tiernos. Retíralos y resérvalos.
Pela las pipas de calabaza si no lo están. En el mismo aceite fríe los cacahuetes, las pepitas y las pipas, juntos o por tandas, siempre vigilando que no se quemen. Saca y reserva.
A continuación, fríe los chiles secos solo unos segundos, lo justo para que suelten aroma. Evita que se quemen porque amargan. Deja que el aceite se temple un poco antes de licuar, así no dañarás los ingredientes ni la batidora. Separa la mitad de los frutos secos y semillas: unos irán a la licuadora y otros los añadirás al final para dar textura crujiente.
En la licuadora coloca los ajos dorados, los chiles, parte de los frutos secos, el sésamo, los arándanos y las especias. Añade el aceite poco a poco hasta lograr una mezcla espesa, con algo de grumos.
Por último, incorpora el vinagre y mezcla con los frutos secos enteros que reservaste. Guarda la salsa en un frasco de cristal y deja reposar al menos 24 horas** antes de consumirla, para que los sabores se asienten.
Con qué acompañar la salsa macha
Lo más típico es ponerla encima de unos tacos de carnitas, en unas quesadillas bien calientes. También se lleva muy bien con mariscos, y hay quien la añade directamente a un caldo, un pozole o una sopa de frijoles.
Hay mil formas de disfrutarla. Va genial sobre una tostada con aguacate, mezclada con queso crema para untar, con veduras asadas o incluso en un bol de arroz blanco o unos fideos sencillos.
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