Convertida en una bebida muy popular en los últimos años, el agua de limón es simplemente agua mezclada con zumo de limón fresco recién exprimido. Es una elaboración sencilla, pero que aporta ciertos beneficios interesantes, sin ser en absoluto mágica. Las propiedades derivan principalmente de las bondades del limón. Es rica en vitamina C, un antioxidante esencial para el sistema inmunitario, la salud de la piel y la absorción de hierro. Además aporta una cantidad notable de potasio, un mineral importante para el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
Aún así, el principal beneficio del agua de limón es que nos ayuda a mantener una buena hidratación, evitando que recurramos con demasiada frecuencia a refrescos u otras bebidas menos saludables. Para algunas personas, el sabor del limón hace que el agua sea más atractiva y fácil de beber en mayores cantidades. Algunas personas encuentran que beber agua de limón por la mañana ayuda a aliviar la indigestión y la hinchazón, aunque sus mayores beneficios tienen que ver con esa hidratación que aporta cuando estamos en ayunas, como beber un vaso de agua sin más.
Lavamos los limones. Exprimimos el zumo de uno de ellos y cortamos el otro en rodajas o medias lunas finas, repartiendo un par por cada vaso.
Repartimos el zumo el los vasos y llenamos con agua fría al gusto. Coronamos con hielo si lo queremos tomar ya, o dejamos enfriar en la nevera unas dos horas. Podemos servir con hojas de menta o hierbabuena.
Con qué acompañar el agua de limón
Para una opción completa de desayuno o merienda, el agua de limón combina bien con unas tostadas de aguacate o con una versión dulce con un toque de miel o mermelada de frutos rojos. Otra buena alternativa en plan almuerzo es un wrap o un sándwich vegetal de vegetales, para que la frescura del agua de limón equilibre los sabores salados y a veces más intensos de los rellenos.
En DAP | Limonada casera
En DAP | Beneficios del agua de pepino y cómo preparar esta bebida antioxidante