El aguacate y el calabacín hacen la fusión perfecta para una cena rápida, saludable y refrescante

Esta combinación de ingredientes brilla especialmente en recetas en crudo por su cualidades

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Inés Vazquez Noya

Editor

Se acercan las temperaturas altas o simplemente buscamos una cena ligera y reconfortante que no nos robe horas en la cocina. Ante ambos panoramas, las sopas y cremas frías se presentan como la opción perfecta. Sin necesidad de encender el horno ni tocar ninguna sartén, esta propuesta de crema fría de aguacate y calabacín es una combinación inteligente para una cena liviana y deliciosa.

La clave de esta crema reside en la fusión perfecta entre el aguacate y el calabacín. El aguacate, por su textura naturalmente cremosa y untuosa, se convierte en un espesante ideal, eliminando la necesidad de añadir lácteos o espesantes cocidos. Por otro lado, el calabacín, con su alto contenido de agua, lo hace ligero y refrescante. Al combinar ambos, el calabacín ayuda a aligerar la densidad del aguacate, creando una crema con una consistencia perfecta: aterciopelada pero no pesada.

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Otro punto a favor es su facilidad y la ausencia total de cocción. Aquí, todo se reduce a unos pocos ingredientes frescos que se unen en la picadora o procesador de alimentos. Además de aguacate y calabacín, la crema se logra con apio, ajo y pimiento verde, que suman capas de sabor y nutrientes.

La magia ocurre al instante: simplemente pelar, trocear y mezclar hasta conseguir la textura deseada, suave y homogénea. Esta característica "sin cocción" es magnífica para ahorrar energía y tiempo de limpieza posterior. Y, nutricionalmente, preserva al máximo las vitaminas y enzimas de los ingredientes, asegurando que cada cucharada esté llena de beneficios.

Esta crema también es versátil. Se puede hacer más o menos espesa, e incluso aligerar añadiendo nata o leche vegetal. Si prefieres un toque picante, unas gotas de Tabasco le irán de maravilla.

A la hora de servir, se puede presentar tal cual o personalizarla con un sinfín de toppings: unos picatostes caseros, unas semillas tostadas para un crunch extra, unas migas de tempeh e incluso unos camarones salteados si buscas una opción no vegana. En cualquier caso, es fundamental servir bien fría para un mayor disfrute.

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