La versatilidad del calabacín se muestra con esta sencilla preparación. Al exponer las piezas al aire caliente, la textura suave se torna crujiente. La clave está en un corte parejo para lograr una cocción homogénea en la freidora de aire.
Con este aparato se concentra el calor de manera eficiente, deshidratando suavemente las rodajas hasta alcanzar la textura deseada en un corto tiempo. ¿Y la presentación? Unos chips ligeros y dorados, ideales para disfrutar como un snack nutritivo, un acompañamiento, e incluso como un topping crujiente en ensaladas o cremas.
Lavar el calabacín y cortar los extremos. Cortar en rodajas finas, sea con cuchillo afilado o con una mandolina para que queden todas del mismo grosor. Secar con papel absorbente por 2 minutos. Aderezar las rodajas en un cuenco con aceite de oliva, sal, pimienta y ajo granulado, o cualquier otra especia que te guste. Mezclar suavemente con las manos para que todas las rodajas queden bien impregnadas.
Precalentar la freidora de aire a 180°C unos 3 minutos. Acomodar las rodajas en la cesta en una sola capa, evitando que se superpongan demasiado. Si no caben todas, mejor hacerlo en tandas. Cocinar unos 10 a 15 minutos, dándoles la vuelta a la mitad del tiempo, hasta que estén dorados y crujientes. El tiempo puede variar ligeramente dependiendo de la freidora de aire y del grosor de las rodajas. Retirar los chips con cuidado y servir inmediatamente.

Con qué acompañar los chips de calabacín
Están más ricos cuando están recién hechos y crujientes. A modo de aperitivo, estos chips quedan de maravilla con alioli casero, hummus o una salsa de yogur y hierbas por ejemplo, pero la variedad es amplia y se puede elegir cualquiera de los 19 mejores patés y untables veganos para que disfrutes en tu próximo encuentro.
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