Cuando se piensa en la provincia de Albacete, la primera imagen que suele acudir a la mente es la de la llanura manchega, los molinos de viento y el paisaje infinito de viñedos y trigales. Sin embargo, el mapa de esta provincia esconde mucho más: un mosaico de pueblos que, entre sierras agrestes, valles frondosos y ríos cristalinos, revelan un patrimonio natural y cultural sorprendente que hacen merecedores a muchos de ellos de estar entre los pueblos más bonitos de España.
Albacete esconde rincones donde la arquitectura popular se funde con escenarios naturales únicos, dando lugar a estampas que nada tienen que envidiar a las de otras provincias más turísticas. Desde pueblos encaramados a riscos imposibles hasta aldeas blancas que parecen colgadas de la montaña, el viajero descubrirá aquí una tierra diversa y hospitalaria, donde la tradición convive con el encanto rural más puro.
Estos pueblos se han convertido, en los últimos años, en refugios perfectos para quienes buscan desconectar del ruido urbano y reencontrarse con la autenticidad. Caminos que llevan a cascadas escondidas, callejuelas empedradas que huelen a leña y pan recién hecho, y plazas donde el tiempo parece detenerse son parte de la experiencia que ofrecen.
No solo eso. La provincia de Albacete es un destino privilegiado para los amantes del turismo activo. Rutas de senderismo por la Sierra del Segura o el cañón del río Mundo, miradores naturales y actividades al aire libre convierten estos pueblos en enclaves únicos para disfrutar tanto en invierno como en verano.
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Alcalá del Júcar
Panorámica de Alcalá del Júcar. ©Turismo Alcalá del Júcar.
Enclavado sobre un cañón esculpido por el río Júcar, este pueblo es uno de los grandes iconos de la provincia. Sus casas blancas parecen colgar de la roca en un trazado imposible, mientras que su castillo medieval corona el conjunto ofreciendo unas vistas espectaculares. Pasear por sus calles empinadas es adentrarse en un laberinto encantador que desemboca en miradores de vértigo.
Entre sus atractivos destacan también las cuevas excavadas en la montaña, hoy reconvertidas en bodegas y locales con encanto, y su puente romano que salva el cauce del río. El entorno natural del cañón invita a practicar senderismo, piragüismo y rutas en bicicleta, lo que convierte a Alcalá del Júcar en un destino tan pintoresco como activo.
Ayna
Ayna. ©Turismo Sierra del Segura.
Conocida como la Suiza manchega, Ayna se abre paso en el valle del río Mundo, rodeada de montañas que la convierten en un paisaje de postal. Sus casas trepan por la ladera en un espectáculo arquitectónico que combina piedra y blanco, con calles estrechas y miradores naturales en cada esquina.
Ayna ha ganado fama también por ser escenario de la película Amanece que no es poco, un hito que atrae a numerosos visitantes. Además de su peculiar museo al aire libre dedicado al film, es un lugar ideal para practicar senderismo por las hoces del río y disfrutar de sus cascadas y miradores, como el de la Mayordomo, que regalan panorámicas únicas. También, incluso, para escaladores, como se demuestra en la vía ferrata Los Picarzos desde la que se divisa perfectamente el pueblo.
Letur
Letur. ©Turismo Sierra del Segura.
Letur es uno de los pueblos más bonitos de la Sierra del Segura y destaca por su casco histórico de origen musulmán, donde aún se conservan calles empedradas, arcos y fuentes que evocan su pasado andalusí. Su casco viejo está declarado conjunto histórico-artístico y se caracteriza por las casas blancas con balcones de madera decorados con flores.
Letur. ©Turismo de Castilla-La Mancha.
Uno de sus grandes atractivos es el sistema de acequias y canales de origen árabe que todavía recorren el pueblo, llenándolo de agua y frescor. Además, Letur es un enclave de naturaleza privilegiada, con rutas hacia pozas y cascadas como las del Charco Pataco, ideales para un baño en verano.
Liétor
Ermita de Belén, en Liétor. ©Turismo Sierra del Segura.
Suspendido sobre el río Mundo, Liétor es otro de los pueblos más espectaculares de la provincia. Sus casas parecen descolgarse de la roca y se aglutinan en torno a la iglesia de Santiago Apóstol, desde cuya plaza se obtienen vistas únicas del valle.
Liétor. ©Turismo Sierra del Segura.
El pueblo guarda un valioso patrimonio religioso, con conventos, ermitas (como la Ermita de Belén, ampliamente decorada) y un sorprendente órgano barroco en la iglesia parroquial. Sus alrededores ofrecen también parajes ideales para el senderismo, con caminos que discurren entre bosques y huertas que descienden hacia el río.
Nerpio
Castillo de Taibilla, en Nerpio. ©Turismo Sierra del Segura.
En el corazón de la Sierra del Segura se encuentra Nerpio, un pueblo rodeado de montañas que custodia un patrimonio arqueológico excepcional. En su término municipal se localizan más de 70 abrigos con pinturas rupestres declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El entorno de Nerpio invita a practicar actividades al aire libre, como rutas hacia el embalse del Taibilla o excursiones por sus sierras cubiertas de pinares. El pueblo en sí conserva calles empedradas, casas tradicionales y la iglesia de la Purísima, reflejo de la historia de este rincón serrano.
Chinchilla de Montearagón
Chinchilla de Montearagón. ©iStock.
A escasos kilómetros de la capital provincial, Chinchilla de Montearagón es uno de los pueblos más bellos y con más historia de la llanura manchega. Su silueta está dominada por el imponente castillo que corona el cerro, una fortaleza del siglo XV que recuerda la importancia estratégica que tuvo este enclave en la Edad Media. Desde sus murallas se obtienen vistas espectaculares de toda la llanura albaceteña.
El casco histórico conserva un trazado medieval con calles estrechas y empedradas que llevan hasta plazas con soportales, como la de La Mancha. La iglesia arciprestal de Santa María del Salvador y las numerosas cuevas excavadas en la roca completan un patrimonio rico y sorprendente. Su ambiente sereno y sus rincones llenos de historia convierten a Chinchilla en una parada imprescindible.
Yeste
Convento franciscano de Yeste. ©Turismo Sierra del Segura.
Yeste es una villa medieval que fue sede de la Orden de Santiago, como atestigua su imponente castillo, hoy convertido en centro cultural y museo. Su casco antiguo conserva un trazado de callejuelas de aire árabe, donde destacan la iglesia de la Asunción y casas solariegas con escudos heráldicos.
Pero si algo hace especial a Yeste es su entorno natural, en plena Sierra del Segura. Desde aquí parten múltiples rutas hacia parajes como el valle del río Tus, conocido por sus aguas termales, o el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.
Alcaraz
Plaza mayor de Alcaraz. ©Turismo en Alcaraz.
Alcaraz es, sin duda, uno de los pueblos más monumentales de Albacete y un tesoro del Renacimiento castellano. Situado en la comarca de la Sierra de Alcaraz, conserva una de las plazas mayores más bellas de España, declarada Conjunto Histórico-Artístico. En ella destacan sus torres platerescas —la de la Trinidad y la de la Iglesia de San Miguel—, auténticas joyas arquitectónicas.
El paseo por sus calles revela restos de murallas, palacios y conventos que evocan el esplendor que vivió esta villa en los siglos XV y XVI. Rodeado de sierras y naturaleza, Alcaraz es también punto de partida de rutas hacia el Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima. Historia, arte y paisaje se dan la mano en este pueblo de esencia manchega y alma monumental.
Bogarra
Panorámica de Bogarra. ©Turismo Bogarra.
Bogarra es otro de los pueblos más sorprendentes de la Sierra del Segura. Rodeado de montañas y atravesado por el río que lleva su nombre, ofrece un entorno natural privilegiado donde abundan cascadas y pozas de agua cristalina.
Retablo de la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. ©Bogarra Turismo.
En el pueblo destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y, sobre todo, su peculiar Ruta de las Esculturas, un recorrido artístico al aire libre que une naturaleza y creatividad. Bogarra es también un punto de partida para explorar el cercano Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.
Molinicos
Molinicos. ©Turismo Sierra del Segura.
Este encantador pueblo serrano conserva todo el sabor de la arquitectura popular, con casas encaladas y calles estrechas que serpentean entre las laderas. Molinicos se sitúa en un entorno montañoso de gran belleza, muy próximo al nacimiento del río Mundo y a veces eclipsado por los 'grandes' vecinos como Riópar y Yeste, pero acercarse merece mucho la pena.
Los Alejos, en Molinicos. ©Turismo Sierra del Segura.
Su patrimonio incluye la iglesia de San José y restos de antiguas construcciones hidráulicas. El entorno es perfecto para practicar senderismo, con rutas que llevan a cascadas, miradores y parajes de gran riqueza natural.
Elche de la Sierra
Panorámica de Elche de la Sierra. ©Turismo de Elche de la Sierra.
Situado en la comarca de la Sierra del Segura, Elche de la Sierra es un pueblo animado y lleno de tradición. Su casco histórico está presidido por la iglesia de Santa Quiteria y calles que combinan casas de piedra y edificios más modernos.
Es conocido por sus fiestas de las Alfombras de Serrín, declaradas de Interés Turístico Nacional, en las que se decoran las calles con espectaculares tapices de colores durante el Corpus. Además, es un excelente punto de partida para rutas hacia la Peña de San Blas y otros parajes naturales cercanos.
Riópar
Nacimiento del río Mundo, en Riópar. ©Turismo Sierra del Segura.
Riópar es uno de los pueblos más visitados de la provincia gracias a su entorno natural privilegiado. Situado en la comarca de la Sierra de Alcaraz y del Segura, es la puerta de entrada al Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, donde se encuentra el famoso Nacimiento del río Mundo, un espectáculo único cuando se produce el reventón y el agua brota con fuerza desde la cueva.
Riópar viejo. ©Turismo Sierra del Segura.
El pueblo conserva también vestigios de su pasado industrial en las antiguas Reales Fábricas de Bronce de San Juan de Alcaraz, que dieron vida a la localidad en el siglo XVIII y hoy forman parte de su identidad. Su casco urbano se reparte entre el Riópar actual y Riópar Viejo, un núcleo medieval en ruinas con una iglesia restaurada y un mirador desde el que se dominan montañas y valles infinitos.
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