Hablar de Rias Baixas es hacerlo de (con el permiso de Rueda) la D.O. más exitosa en la elaboración de vinos blancos. El secreto del éxito de ésta D.O. es el exponente básico de lo que los franceses conocen como el terroir, eso es, la ideal conjunción entre estos tres factores: condiciones climáticas, suelo y uva.
Resulta curioso que, contrariamente a lo que ocurre en el resto de zonas vinícolas españolas, el vino se solicite por el nombre de la uva con la que se elabora en lugar de con el nombre de la D.O. de la que procede. Es habitual que la gente solicite un albariño en vez de un rias baixas, en cambio es más difícil que la gente pida un tinta del país en vez de un Ribera de Duero, reminiscencias quizás del primer nombre (albariño) del que gozó el Consejo Regulador a mediados de los años 80 y que cambió a finales de la misma década por su actual apelación (Rias Baixas) con el fin de adaptar la legislación española a la comunitaria.
Sea como fuere, este detalle no hace más que remarcar convenientemente la verdadera protagonista del viñedo pontevedrés. La singularidad del vino albariño lo hace presidir de igual manera fastuosas mesas acompañando de manera idílica pescados y mariscos como en la barra del bar, aderezando conversaciones y azuzando paliques, a la espera de una posterior pitanza. Ahí reside su éxito al menos en hostelería, ya que reina tanto en restaurantes como en los bares y cafeterías. Se consume todo el día.
Como opinaría una amiga mía, el albariño es como George Clooney, está tan guapo con un flamante smokin de etiqueta, como con un vaquero y una camiseta… what else.
El zárate tras da viña 2005 es un claro exponente de que el albariño no todo es juventud divino tesoro, si no que también las canas le sientan muy bien. Presenta una larga crianza de 30 meses con sus lías en depósitos de acero inoxidable (no en madera, ojo). El resultado, el siguiente:
En vista luce un bonito vestido amarillo dorado, color mucho más intenso que el de sus hermanos más jóvenes. Da una agradable sensación de corpulencia.
En nariz se muestra intenso y franco, lo primero que llaman la atención son unas ligeras sensaciones tostadas, provenientes de las lías con la que mantuvo contacto durante tanto tiempo, van apareciendo las frutas, fruta blanca, muy madura y fruta con hueso, atisbos florales y herbáceos todo ello sobre el frescor que proporciona unas agradables reminiscencias cítricas.
En boca da la razón a la vista, se muestra cremoso, sabroso, con volumen aunque con paso agradable no exento de frescura, bien estructurado y persistente con cierto amargor final que no molesta, si no que otorga frescor y cierra el círculo. De nuevo al final surgen por vía retronasal los aromas cítricos y sobre todo los tostados iniciales.
Tras da viña 2005
Bodega: Eulogio Pomares Zárate e hijos
Zona: Rias Baixas
Tipo de uva: Albariño
Vino: Blanco con crianza en acero inoxidable
Graduación: 12,5º
Precio: 13 Euros aproximadamente
Nota: 8
En definitiva, un albariño diferente, con más recorrido, más para que nos acompañe en la mesa que en la barra de bar, y un referente interesante al buscar una alternativa a esas elaboraciones de pescado que a buen seguro se van a servir en infinidad de mesas en estas fiestas.
En Directo al Paladar l Enrique Mendoza Chardonnay 2008
En Directo al Paladar l Albariño do Ferreiro 2006