No es un capricho, es física: por qué siempre es mejor usar el aceite sobre el pan tostado

Un clásico del desayuno, aunque no lo parezca, también tiene mucho que decir con este sencillo gesto

Desayuno Fisica Pan
Facebook Twitter Flipboard E-mail
jaime-de-las-heras

Jaime de las Heras

Editor Senior
jaime-de-las-heras

Jaime de las Heras

Editor Senior

Cada mañana, cuando abres la alacena y te preparas para desayunar, el aceite de oliva se despereza, brillante y espeso, como quien ya sabe que algo bueno va a pasar. Incluso te levantas pensando en una buena tosta.

Lleva horas esperando su momento de gloria: ser derramado con gracia sobre una rebanada de pan. Pero entonces te ve acercarte con ese pan aún en 'crudo', recién cortado de una barra o de una hogaza, y se le baja el ánimo. ¿Así, sin tostar? ¿De verdad?

El aceite, que ya ha vivido muchos desayunos, se lo piensa dos veces. No quiere precipitarse sobre una superficie tan... poco comprometida. Pero de pronto, ve cómo metes el pan en la tostadora. Ah, bueno. Eso ya es otra cosa. Una chispa de aprobación brilla en sus gotas. El pan va a transformarse. Y él, el aceite, lo sabe: ahora podrá hacer su trabajo como debe ser.

Lo que el aceite no te dice —pero nosotros sí— es que hay una razón física muy concreta por la que prefiere el pan tostado. No es una manía suya. Es pura ciencia.

Tostadas y reacción de Maillard: el primer paso del desayuno

Cuando metes la rebanada en la tostadora o en el grill, estás iniciando una reacción fascinante: la reacción de Maillard. Este proceso químico, que comienza alrededor de los 140 °C, es el responsable del color dorado, el aroma tostado y ese sabor que convierte cualquier trozo de pan —una chapata, una baguette, una rebanada de hogaza— en una tostada mucho más interesante.

Pero más allá del sabor y del aroma, lo que realmente le interesa al aceite es lo que le sucede a la estructura del pan. El calor hace que se evapore parte de la humedad y cambia la superficie de la miga, volviéndola más porosa y rígida.

Louis Hansel Yl33be56sbg Unsplash Al tostarse, el pan reduce su contenido en agua, permitiendo que el aceite pueda penetrar con más facilidad. ©Louis Hansel - Unsplash.

A menos agua, más absorción

El pan en su estado natural —recién cortado, esponjoso, tierno— contiene una buena cantidad de agua. Esa humedad impide que el aceite pueda integrarse de forma adecuada. Al entrar en contacto con una miga que aún retiene parte de esa humedad, el aceite resbala, se acumula o se queda flotando sobre la superficie sin poder adherirse bien. Por eso, entre otras cosas, algunos panes especialmente hidratados son menos recomendables para extender grasas como el aceite o la mantequilla sobre ellos.

En cambio, cuando el pan se tuesta, pierde esa humedad excesiva. Se forman pequeños poros y canales que cambian por completo el comportamiento del aceite. Ya no se queda en la superficie: empieza a penetrar, expandirse y distribuirse de manera mucho más eficiente.

La física del desayuno

Bruschetta 603115 1920 Con el tostado, consigues que el aceite aumente su adherencia gracias a la capilaridad, expandiéndose mejor por todo el pan.

Aquí entra en juego un fenómeno físico esencial: la capilaridad. Esa red de poros creada por el calor permite que el aceite se desplace hacia el interior del pan, como lo hace el agua en una esponja o la tinta en una hoja de papel secante.

Esta absorción por capilaridad no se produce igual en pan sin tostar, cuya estructura más húmeda y compacta bloquea el paso del aceite. El resultado: una tostada más desigual, con bocados grasientos y otros secos, y un aceite frustrado que se desparrama sin empapar.

Al dejar que el aceite penetre en el pan tostado, no solo mejoras la distribución del sabor. También logras una textura equilibrada: el crujiente del pan se mezcla con la suavidad del aceite, y cada bocado tiene sentido. No hay charcos ni zonas secas. Hay armonía.

El contraste entre el crujido tostado y el desliz sedoso del aceite es parte de la magia del desayuno bien hecho. Esa mezcla, entre lo sólido y lo líquido, entre lo tostado y lo untuoso, es la razón por la que tantas culturas mediterráneas llevan siglos empezando el día con pan y aceite.

Imágenes | Freepik / Imagen de pixel1 en Pixabay / Foto de Louis Hansel en Unsplash / Foto de Marcus Loke en Unsplash

En DAP | Recetas de tostas

En DAP | Tostada con aguacate

Inicio