El mundo del glaseado, a veces llamado frosting o icing si recurrimos al inglés, no es otra cosa que una cobertura de azúcar con la que podemos coronar nuestros dulces favoritos.
En esta receta súper fácil que te traemos hoy verás que puedes revolverlo en unos pocos minutos y que además, si tienes unas varillas eléctricas, podrás economizar tiempo en el paso del montado de las claras.
A partir de ahí y con un breve reposo ya tendrás tu glaseado, perfecto para cubrir todo tipo de galletas caseras, tartas, cakes, pasteles, magdalenas, cupcakes o muffins, pues este frosting es bastante universal.
En este caso vamos a hacer una cantidad que te permitirá napar una tarta de unos 26 centímetros de diámetro, pero también daría para cubrir 15 o 16 muffins, dependiendo de la cantidad que vertamos.
Montamos las claras a punto de nieve con ayuda del zumo de limón y del cremor tártaro —el uso de este es opcional, pero viene bien para estabilizar el merengue y también contribuye a que el azúcar no cristalice—.
Cuando estén montadas, incorporamos el azúcar glás poco a poco hasta que tenga una textura de nata montada, aunque algo más sólida.
Reposamos 10 minutos el bol en la nevera, tapado con papel film y pasado ese tiempo ya estará listo para glasear en frío los dulces que queramos.
Crémor Tártaro - 100% Natural - Hecho en España - Sin Gluten - Keto y Paleo - No GMO (OGM) - Castello since 1907 - Bote de 800 g
Cómo utilizar el glaseado de azúcar para dulces
Además de poder utilizar en blanco este glaseado, también podéis recurrir a algún colorante para teñirlo y darle un extra de gracia a vuestras recetas. Como frosting, podéis serviros de él en cualquier tipo de postre.
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