Los pestiños son sabrosos, pero más si son caseros. Con los pestiños a la naranja vas a poder dejar a tus invitados con una cara de sorpresa por su gran sabor.
Los ingredientes 400 gramos de harina, 1 taza de aceite de oliva, la piel rallada de una naranja, 2 tazas de vino blanco, 1 cucharadita de semillas de anís, 2 cucharadas de azúcar glass y aceite para freír.
La preparación Vierte el aceite de oliva (el de la taza) en una sartén y caliéntalo junto a la ralladura de limón pero sin que llegue a hervir. Retíralo del fuego y añade el vino y las semillas de anís y déjalo enfriar un poco.
Cuando ya esté tibio, trasládalo a un bol y mézclalo con la harina para luego amasarlo con las manos hasta que obtengas una fina pasta homogénea que no se te pegue en las manos. Espolvorea la superficie del mármol con un poco de harina, apoya en la superfície la pasta y pártela en tres o cuatro trozos.
Extiende los trozos con un rodillo formando unos rectángulos de dos a tres milímetros de espesor, corta a su vez cada rectángulo en trozos con distintas formas y fríelos en una sartén o freidora con el aceite bien caliente.
Retira los pestiños de la sartén cuando estén bien dorados y déjalos escurrir sobre papel absorbente de cocina, para que así sea eliminado el exceso de aceite y ya los puedes disponer en una fuente espolvoreándoles el azúcar glas.
La degustación Seguro que no quedará ninguno, si los sirves para una merienda, te pedirán más.
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