Las cerezas o picotas son una fruta fantástica para hornear con ellas, pero también me gusta mucho aprovecharlas en postres al natural. Estas tartaletas ligeras de cerezas y queso crema son un postre sencillo para darnos un capricho sin pecar demasiado, con una base que no tiene nada que ver con las masas tipo hojaldradas o quebradas, pero que cumplen su función para un postre suave.
No he querido usar edulcorantes porque no me terminan de convencer, así que la masa no es muy dulce, pero podéis añadir más azúcar u otro ingrediente si la preferís más golosa. En realidad la estrella de este postre son las cerezas o picotas, así que hay que elegirlas bien sabrosas, aromáticas y jugosas, que al trocearlas inundarán con sus jugos la crema sencilla de queso del relleno.
Mezclar en un cuenco la harina de repostería con la harina de espelta, el azúcar, el azúcar vainillado, la sal y la levadura química. En otro recipiente, colocar el queso crema, la mantequilla blanda y dos cucharadas de leche. Batir con unas varillas y añadir a los ingredientes secos.
Trabajar todo junto hasta tener una masa homogénea. Si estuviera muy seco, añadir un poco más de leche. Hay que conseguir una masa lisa, ligeramente húmeda pero suave y blanda. Formar un disco, envolver en plástico film y dejar en la nevera media hora.
Precalentar el horno a 175ºC y engrasar un molde de tartaleta mediana o un par individuales. Estirar la masa con un rodillo y forrar los moldes. Apretar bien con las manos para que no queden demasiado gruesos. Cubrir con un trozo de papel de cocina, llenar con pesos de hornear, arroz o legumbres secas, y hornear durante unos 20 minutos.
Batir el queso fresco batido o queso quark con miel al gusto hasta dejarlo cremoso. Rellenar las tartaletas cuando estén frías y coronar con cerezas troceadas. Espolvorear con azúcar y servir.
Con qué acompañar las tartaletas
La masa de estas tartaletas ligeras de cerezas y queso crema no tiene tanta grasa ni azúcar como una “de verdad”, por lo que es conveniente degustarlas en cuanto se rellenan ya que se puede reblandecer un poco. Son estupendas para tomar a media tarde o como postre sin demasiados cargos de conciencia.
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