Los amantes de las galletas caseras tenemos también la opción de preparar versiones saladas para un picoteo ocasional o para compartir a la hora del aperitivo. Esta receta, una adaptación suiza, es tan fácil como peligrosamente adictiva, pues la combinación de buena mantequilla y queso, con el toque del curry, las hace irresistibles a cualquier hora.
La receta original sugiere emplear sbrinz, uno de los quesos curados más apreciados en el país helvético, pero por disponibilidad hemos usado grana padano. El parmesano también es una buena opción, siempre que sea 100% auténtico, rallado fino y, a ser posible, muy fresco. Quien busque unas galletas más picantes y aromáticas puede incrementar la cantidad de curry o usar otra mezcla de especias molidas a su gusto.
La forma de las pastas también es susceptible de modificarse según las preferencias personales. Podemos hacer un cilindro con la masa para cortar discos una vez refrigerada, o estirarla y cortar formas como más nos gusten, como en esta ocasión. Para darles aún más sabor, podríamos rebozar las galletas pintadas con la yema en almendras picadas, semillas de sésamo o amapola.
Mezclar en un recipiente grande la mantequilla ablandada con los quesos, la sal y el curry. Trabajar un poco y echar el huevo ligeramente batido. Mezclar ligeramente y agregar la harina y la levadura. Combinar hasta tener una masa homogénea, ligeramente húmeda.
Disponer una buena hoja de plástico film sobre la encima, echar la masa, formar un disco plano y envolver bien. Refrigerar al menos una hora en la nevera. Pasado el tiempo, precalentar el horno a 180ºC y preparar dos bandejas con papel antiadherente.
Estirar la masa dejando un grosor de, aproximadamente, un centímetro. Recortar las galletas con un cortador al gusto y repartirlas en las bandejas. Batir la yema con la leche usando un tenedor y pintar cada galletas ligeramente. Hornear, una bandeja cada vez, durante unos 15 minutos, o hasta que estén doradas. Enfriar sobre rejilla.
Con qué acompañar las galletas saladas de queso
Pensando en el picoteo, estas galletas saladas de queso y curry maridan de maravilla con una cerveza fría o un vino fresco, incluso vermut o un sencillo refresco, mejor si no es muy dulce. Podemos servirlas con otros aperitivos típicos, como frutos secos, aceitunas y banderillas de encurtidos. También serían una excelente pareja de algún dip para mojar, o cualquier hummus que nos guste.
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