Vermouth si nos ponemos puristas, vermut si lo adaptamos o vermús si nos ponemos castizos, esta bebida a base de vino macerado con hierbas aromáticas ha conseguido por sí sola desarrollar un momento de consumo, el denominado "tomar el vermú", aunque coincide con lo que en buena parte de España consideramos el aperitivo, donde caben también las cañas, los vinos o el tinto de verano.
Extendido por toda la geografía nacional, esta bebida aromatizada ha tenido especial raigambre en el País Vasco y en Cataluña, concretamente en Reus (Tarragona) pero se consume con fruición en todos los bares, tascas y tabernas de nuestro país. De hecho, también ha salido de su zona de confort productivo y es cada vez más frecuente descubrir vermuts de diferentes regiones.
No somos los únicos, claro, ya que Italia y Francia tienen muy arraigado también este consumo, e incluso Alemania -considerada la patria del vermouth- donde también le han hecho protagonista de cócteles tan icónicos como el Dry Martini o el Negroni.
Perfecto para acompañar con unas aceitunas (muy al estilo italiano) pero también con unas patatas fritas, con cualquier tipo de conserva de pescado o marisco (cómo no disfrutarlo con unas anchoítas o con unos buenos mejillones) y por supuesto con otros protagonistas del mediodía como pueden ser las gildas, los tigres, los boquerones en vinagre o unas sinceras patatas bravas.
Es difícil encontrar un compañero de mesa al que el vermut no le siente de maravilla y por eso, para reivindicar este momento de relax que podemos hacer tan cotidiano, te brindamos una decenita larga de propuestas para beber -y para comer- que lo convertirán en tu hora favorita, sin importar que seas de vermuts blancos o rojos.
En ellos suelen confluir de la misma manera, sin importar el color, especias y hierbas aromáticas como la ajedrea, la mejorana, la canela, la genciana, el clavo, la nuez moscada o diferentes cortezas, como la de naranja o de limón, dos sabores muy particulares y fácilmente reconocibles en la maceración.
Vermuts blancos
Dos son las categorías reinas del vermut: blancos y rojos, que para muchos de nosotros es como realizarnos la pregunta de "¿a quién quieres más, a papá o a mamá?". Su diferencia primordial estriba, como os habréis dado cuenta desde el inicio, en su coloración.
La única razón por la que se diferencian es que se utilicen vinos blancos o tintos como base, aunque luego comparten buena medida de las hierbas aromáticas que perfuman y dotan de ese particular sabor a este trago.
Quizá los vermuts blancos no sean los más populares de nuestro país, ya que somos eminentemente un país de vinos tintos, y tienen algo más de arraigo en Italia (aunque también predomina el rojo).
En nuestro recorrido, además de Cataluña y País Vasco, también descubriremos lo que revelan otras zonas como Galicia, Cádiz, León o Rioja.
1. Entroido Vermú Blanco
Los aires salinos del Atlántico gallego alimentan a las uvas albariño con las que se elabora este curioso vermú, un perfecto representante de la nueva ola que salpica Galicia y que reivindicar el aperitivo.
No es el único gallego que estará en nuestra lista y dar un trago de Entroido es como redescubrir el verdor del monte, cargado de frescura y flores, al que incluso le podemos sacar toques de laurel, los mismos que podríamos añadir a una buena fuente de mejillones al vapor.
Entroido Vermu Blanco
2. Lustau Blanco
El fino jerezano es una de las mejores formas de disfrutar el aperitivo que conocemos. Sin embargo, la bodega Lustau, una de las más reputadas del Marco de Jerez, ha decidido darle también un toque gaditano a su vermut, utilizando fino y uvas moscatel.
El resultado es un vermut redondo, sabroso, donde convive la salinidad del fino y la floralidad de las hierbas aromáticas. Una auténtica maravilla para reenamorarse del sur y al que en la mesa podemos secundar con una gambita blanca cocida de calidad.
Vermut Lustau Blanco
3. Vermut Zecchini Bianco
No dejes llevarte sólo por los dejes italianos de su nombre porque Zecchini es tan castizo que puede que se le escapase algún "ejque". Uno de los vermús más famosos de Madrid, expresivo y elegante, al que siempre se le encuentran matices frutales muy interesantes.
Dulzor y hierbas secas muy agradables, poco pronunciadas, hacen de él un vermut de entrada muy amable y sutil. Si le tomamos en la capital, podríamos acompañarle al que unas buenas aceitunas como las de Campo Real le irían de maravilla -y con patatas fritas-, claro.
4. El Bandarra Blanco
Desde Democratic Wines (La Rioja) también han puesto granito de arena para, en su línea, modernizar este trago y darle nueva vida al aperitivo, reivindicando cierta provocación tanto en el nombre como en el envase.
Aromas muy limpios y brillantes, dulzones pero equilibrados con cierto amargor y mucha frescura, otorgada por una fuerte presencia de menta. Nosotros lo emparejaríamos con una buena tapa de champiñones al ajillo.
El Bandarra Blanco
5. Vermú Petroni Blanco
Volvemos a las andadas gallegas para recuperar a la uva albariño, a la que se acompaña aquí con 28 plantas aromáticas (incluyendo pimientos de Herbón) y que se macera en fresco, manteniendo así el carácter radiante de la hierba y de la uva.
Es un vermut goloso, cítrico y herbáceo, al que fácilmente podemos encontrar los tonos de la uva albariño y cierta estructura, muy avinado. En este caso, una estupenda pareja de baile podría ser un poco de marisco, ya sea cocido o a la plancha, como unas buenas navajas.
Vermú Petroni Blanco
6. 61 Vermouth Verdejo
La cooperativa bodeguera vallisoletana Cuatro Rayas, uno de los emblemas de la DO Rueda, también ha distribuido esfuerzos y ha utilizado parte de su uva verdejo para hacer este peculiar vermut, considerado el único con esta uva de toda España.
La gran particularidad es que un 50% de él procede de vino fermentado en barrica y otro 50% de vino joven, siendo así aromático y amplio, como un buen blanco. A él le podemos acompañar en el aperitivo con algún revuelto cremoso, como ajetes, o de morcilla. O incluso con algo de carne a la parrilla.
61 Vermouth Verdejo
7. Vermouth Guerra Reserva Blanco
En Cacabelos (León) y en toda la provincia se toman muy en serio esto del aperitivo. Allí es habitual el peregrinar por distintos bares y tascas, buscando la tapa especial, y estirando así el momento de llegar a casa.
Todo un clásico como Guerra, que se deja macerar durante muchos meses (hasta 18) con una cuarentena de especias, raíces, flores y hierbas. El resultado es un vermut dulce, bien equilibrado con el amargor y muy elegante. A él recomendamos acompañarle de un embutido fino, como un buen jamón ibérico o -ya que estamos en León- de una cecina de calidad.
Vermouth Guerra Reserva Blanco
8. La Quintinye Royal Blanc
Nos salimos de nuestras fronteras para disfrutar de un vermú francés, capaz de hacer sombra al pastis y a cualquier Noilly Prat que se ponga por delante. Fresco, balsámico y con notas ligeramente confitadas, este Royal Blanc, es una joya elaborada con Pineau des Charentes, un vino dulce muy intenso.
Casi veinte plantas y especias distintas se mezclan con él, que reúne al Pineau y otros vinos blancos, para ofrecer un vermut que puede ir más allá del aperitivo -incluso podríamos comer con él, o cerrar el postre-, y al que te recomendamos acompañar con foie a la sal.
La Quintinye Royal Blanc
Vermuts rojos
La voz cantante del mundo del vermut la llevan los rojos, sobre todo por la abundancia de vinos tintos que se da en el Mediterráneo y que se aprovechaban de esta forma. También es prueba de las influencias italianas en torno a esta bebida, donde la popularidad del vermut rosso es mucho mayor y la que se exportó principalmente.
El método de elaboración no difiere en nada respecto del blanco. Mismas hierbas, especias, raíces y frutas, maceraciones e infusiones (preferentemente en frío, que mantienen mejor los aromas) y a disfrutar de un trago que con un poquito de hielo, sifón y una rodaja de naranja es una auténtica delicia.
1. Vermut La Copa González Byass
Histórico pero recientemente recuperado, este La Copa (que también tiene una versión en blanco) es el retorno de González-Byass al mundo del vermú, utilizando soleras de olorosos y pedro ximénez para la maceración.
Sólo ocho botánicos bien escogidos forman parte de la mezcla con la que se aromatiza este vino que huele y sabe a jereces de calidad. Ideal para acompañarle de un buen pescadito frito, como unas puntillitas o unos choquitos.
Vermouth La Copa Gonzalez Byass
2. Gambitero
Radiante y mediterráneo, muy armónico, gracias a una esmerada selección de plantas (24, concretamente) para aromatizar este sabroso vermú, que debe su dulzor a un ingrediente totalmente natural: ciruela pasa de Valdejalón.
Su color rojo caramelo ya nos revela de él la golosina que tenemos, aunque no empalaga, y donde siempre se mantienen ciertos recuerdos florales en el trago. Perfecto para maridar, gracias a su frescura, con todo tipo de conservas y encurtidos.
Vermut Gambitero
3. Casa Mariol, Vermouth Negro
No te dejes engañar sólo por su color porque en su alma de vermouth negro guarda un corazón de vino blanco. Para su elaboración de utiliza un vino de uva macabeo, que fermenta a baja temperatura durante varios meses.
Luego se oscurece con nueces verdes (las mismas que se utilizan para elaborar la ratafia) y se le deja reposar en soleras centenarias. Color, aroma, potencia y un dulzor herbáceo bien mantenido al que podríamos acompañar de unas verduras a la brasa, como pudieran ser los calçots.
Vermouth negro Casa Mariol
5. Yzaguirre Selección 1884
Dos años en barrica de roble después de pasar dos meses con más de 80 hierbas distintas hacen de este Yzaguirre un clásico inapelable, capaz casi de convertirse en un auténtico licor.
Regusto amargo, trago largo y mucha madera le convierten así en un pariente cercano de un buen destilado, al que beber antes de la comida o incluso como copa de salida, donde puedes acompañarle con postres de chocolate y café.
Yzaguirre Selección 1884
6. Vermut Atamán
La incursión de Bodegas Barbadillo en el mundo del vermut llegó hace casi 80 con este Atamán, tan potente que hasta le pusieron un nombre de cosaco.
Su base es la uva palomino fino, con las que la bodega sanluqueña hace la manzanilla que sirve de base a este vermut de mucho cuerpo y carácter, no goloso y sí bien perfilado en el amargor, al que le irían de maravilla unos langostinos de Sanlúcar en cualquiera de estas recetas.
Vermut Atamán Bodegas Barbadillo
7. Golfo
La bodega Cillar de Silos recurre a la uva tempranillo para traer un vermut elegante, intenso y de moderna imagen cargado de calidad, que tiene un dulzor natural proveniente de uvas sobremaduradas.
Fresco pero maduro, además de envejecido en barrica, este Golfo es un perfecto representante de los vermuts de nuevo cuño por su calidad. Perfecto para cualquier aperitivo, con él puedes apostar por un pincho de tortilla, por ensaladilla rusa o por un buen embutido ibérico.
Vermut Golfo
8. Dos Deus Estrelles
Lo mejor de Cataluña y lo mejor de Jerez se encuentran en este largo y denso vermut, cargado de sabor, donde se combinan lo dulce, lo ácido y lo amargo.
Es elegante y vegetal, de orígenes del Priorat, que a las notas clásicas del vermouth suma las de la oxidación de la madera jerezana en la que descansa, con notas de pedro ximenez. Perfecto en coctelería y como aperitivo, donde recomendamos acompañar de unos pimientos escalivados.
Dos Deus Estrelles
9. Vermut Martínez Lacuesta Edición Limitada
Una de las bodegas con más solera de Rioja (cumplen 125 años este 2020) nos deleita con la dulzura y carácter perfumado de este vermut, que coquetea con elegancia con el mundo de los destilados. Será cuestión de su reposo en barricas de roble durante 14 meses o la finura de sus botánicos.
De marcado carácter riojano por ese amaderamiento, este vermut es sedoso y largo, con un final de cierto amargor, al que se le saca todo el partido en un vaso bien frío y con una rodajita de naranja (o como vino de postre, donde acompañar también a quesos untuosos).
Vermut Martínez Lacuesta Edición Limitada
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