Rara es la vez que, cuando compras carne, no te acaba sobrando un poco y se queda mirando en la nevera con cara de “¿y conmigo qué pasa?” suponiendo que la carne mirase e, incluso, pensase.
Algo que reconozco que me pasa más o menos a menudo cuando compro filetes de ternera. Recurso fácil, que no barato, para remedar una cena con unas patatas fritas o con un huevo frito, el filete a la plancha siempre saca de más de un apuro.
Sin embargo, y que no nos oiga el filete (suponiendo que tenga ese superpoder), a veces me resulta aburrido cocinar un filete a la plancha, aunque nos saque del apuro.
Por eso, una buena forma de reciclarlos y, si no tenemos muchos, de engordar la cena es recurrir a un clásico de la cocina peruana como es la receta del lomo saltado. Oficialmente se hace con cortes más nobles de la ternera, pero lo puedes hacer con lo que quieras.
La receta no tiene misterio, más allá de que, en resumidas cuentas, es un filete de ternera cortado en trozos de bocado que se saltea en una sartén con las verduras que más a mano tengas como cebolla y pimiento verde, además de algún toque picante que le puedes dar con algún chile o ají fresco, como una guindilla o un jalapeño, pero también podrías usar un chile seco si no tienes la opción.
Lo único que hay que hacer es cortar el filete en tiras, saltearlo a fuego fuerte en una sartén y después, retirarlo y añadir allí las verduras picadas también en piezas de bocado.
La gracia es que queden crujientes y no muy cocinadas. Cuando estén salteadas, añadimos un poco de tomate cortado en cubos, la carne que habíamos retirado antes y una cantidad generosa de salsa de soja y un toque de vinagre, integrando todo bien a fuego fuerte durante un par de minutos y ya lo tendremos listo.
En DAP | Recetas peruanas
En DAP | Entrecot a la plancha