La receta de hoy, un salmón crujiente con almendras y queso gruyère, demuestra lo fácil, rápido y original que podemos hacer un plato de diario sin que nos lleve más de cinco minutos que de la forma habitual.
El salmón, al ser de acuicultura, es un pescado disponible en los mercados durante todo el año y prácticamente sin oscilaciones de precio, por eso es ideal para incorporar a los menús semanales. En este caso debéis pedirle al pescadero que os prepare lomos sin la espina central, pues para la receta queda mejor así que en forma de la clásica rodaja.
Comenzamos precalentando el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. En un cacito derretimos la mantequilla despacio y pincelamos con parte de ella una fuente para horno. Disponemos los lomos de salmón en la bandeja y los salpimentamos, barnizándolos con la mantequilla sobrante.
En un bol mezclamos la almendra fileteada, el queso gruyère rallado lo repartimos por encima de los lomos de salmón cubriéndolos totalmente. Espolvoreamos el perejil y los horneamos durante 15-20 minutos, dependiendo del tamaño. Les damos cinco minutos de grill para que se dore la superficie y nos quede crujiente.
Con qué acompañar el salmón crujiente
Este plato de salmón crujiente con almendras y gruyère, debido a la naturaleza de este tipo de pescado, ya bastante graso, podemos acompañarlo con una refrescante ensalada o con unas patatas simplemente cocidas. Es imprescindible vigilar los tiempos de horno y que no se nos pase de cocción quedando el pescado seco. Es en este contraste donde está el truco del plato.
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