El paso crucial que mucha gente olvida al comer sandía y melón en casa y que puede ahorrarte un mal trago

Aunque no te vayas a comer la piel, conviene aplicar las recomendaciones de manipulación alimentaria segura

Sandia
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Liliana Fuchs

Editor

Los melones y sandías son las frutas reinas del verano, pero no nos lo ponen muy fácil para disfrutarlas. Su piel dura, gruesa y hermética, unida al gran tamaño de la mayoría de ejemplares, hace que partirlas sea todo un reto peligroso manipular el cuchillo, pero no es el único riesgo al que nos exponemos. Si no lavamos la fruta antes de partirla, hacemos peligrar la seguridad alimentaria.

Lo dice muy claro la AESAN en su guía para manipular correctamente las frutas y verduras en casa, con recomendaciones básicas a seguir desde el lugar de compra hasta que las vamos a cocinar o servir directamente. Casi todo el mundo tiene claro que los vegetales cuya piel vamos a comer, como un tomate o una manzana, se lavan antes, pero la cosa cambia con las pieles y cortezas que desechamos.

Nos dice la Agencia:

Antes de consumirlas o prepararlas, asegúrate de lavar las frutas bajo el grifo, manteniendo la piel intacta. Este paso es crucial incluso si vas a pelarlas después, ya que así evitarás que cualquier contaminación superficial se transfiera al interior del alimento durante el corte o pelado.

Es un paso que se aplica, por tanto, a verduras como la calabaza, la zanahoria o el boniato si los vamos a pelar, y a frutas como el plátano, la naranja, la piña o el aguacate. Incluso hay que lavar un melocotón si no te gusta el tacto de su piel y te lo comes pelado.

Los riesgos a los que nos exponemos si no lo hacemos son mínimos, pero siempre están ahí. Si hay suciedad o algún patógeno, pasarán al interior de la fruta cuando la pelemos y cortemos. "Los melones crecen en el suelo y pueden a veces albergar bacterias dañinas", recuerdan también en el Departamento de Agricultura y Ciencias Ambientales de la Universidad de Ohio; "Pelar o cortar productos sin lavar puede transferir suciedad u otros contaminantes de la superficie del producto a la parte de la fruta o verdura que piensas comer".

En el caso de melones y sandías, se recomienda lavarlos bajo el grifo de agua corriente frotando además con un cepillo específico para esta tarea. Después basta con secar la fruta con papel de cocina o un paño limpio que no deje pelusa.

Imágenes | Freepik/pvproductions

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