La fondue es uno de los platos más típicos y conocidos de Suiza, que además de variantes con distintos quesos, carne o verdura nos ofrece una cara más golosa con otro de sus productos nacionales. Lo cierto es que la fondue de chocolate no es tan popular en el país helvético, pero resulta toda una tentación irresistible para disfrutar en casa, perfecta para compartir en pareja, con amigos o familia, y muy sencilla.
Al no existir una tradición como tal en este suculento plato dulce, no tenemos que seguir una receta fija y resulta fácil de adaptar al gusto de cada cual. Además, podemos complicarnos todo lo que nos apetezca, desplegando un gran festín de ingredientes y complementos, o limitarnos a un postre o merienda más sencillo pero igual de apetecible, que incluso se puede improvisar con lo que tengamos por casa.
Si bien la fondue de queso es un plato para días fríos, la de chocolate se adapta bien a todas las épocas del año. Sin duda resulta muy reconfortante cuando bajan las temperaturas, pero, aligerando un poco la mezcla de chocolate y usando frutas frescas para mojar, también es perfecta para las noches de verano. Las temperaturas más cálidas incluso ayudarán a mantener la textura fundente del chocolate, que en invierno necesita una ayuda extra.
Puedes utilizar una fondue de chocolate específica eléctrica o de cerámica con fuente de calor de velas o quemador, una vistosa fuente si sois varios en casa o tienes invitados, o una fondue de queso corriente apta para el chocolate, y bien limpia. Aunque, para un uso ocasional, no necesitaremos más que un cazo para hacer la mezcla -mejor al baño maría- y un bol bonito para servir.
Receta de fondue de chocolate básica
Trocear el chocolate o picar para que se funda más rápido y colocar en un recipiente resistente al calor. Calentar a fuego suave o al baño maría la nata con la leche y la mantequilla, sin dejar que hierva, o usar directamente la fondue eléctrica, si se utiliza.
Verter la mezcla láctea sobre el chocolate removiendo suavemente hasta que se funda por completo. Si se utiliza fondue eléctrica, añadir el chocolate directamente a ella poco a poco, previamente encendida, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Comprobar el punto de sabor y textura, añadiendo un poco más de leche o chocolate si fuera necesario, y servir inmediatamente en una fondue de cerámica con fuente de calor, o llevando la eléctrica a la mesa.
También se puede simplemente pasar la mezcla a un recipiente de cerámica o hierro fundido precalentado, que puede colocarse sobre un calentador de platos. Servir en el centro de la mesa o en una fuente con la fruta preparada y otros posibles complementos alrededor.
Con qué acompañar la fondue de chocolate
La fruta fresca es el mejor acompañamiento de una fondue de chocolate, el más saludable, que además contrasta con la chocolatosa salsa al ser refrescante y ligera. Podemos usar las variedades que más nos gusten, buscando un buen despliegue de colores y formas que aporten colorido y vistosidad. Algunas podemos servirlas enteras pero otras habrá que pelarlas y cortarlas justo antes de montar la fondue, para que no se estropeen, siempre en tamaños similares de un bocado.
Fresas, rodajas de plátano, kiwi, gajos de mandarina o naranjas pequeñas, mango y papaya (no demasiado maduros), manzana y pera con o sin piel, melocotón y otra fruta de hueso en temporada, melón y sandía, higos o brevas pelados, persimón o kaki, uvas sin semillas, moras grandes y piña son muy buenas opciones. También las frutas secas, aunque sin excesos, pues son mucho más calóricas y saciantes.
Además podemos añadir otros dulces buscando distintos sabores y texturas, por ejemplo trocitos de bizcocho de yogur, repostería en formato mini (magdalenas, dónuts, tortitas), galletas tipo Lotus, barquillos redondos o neulas, nubes o marshmallows y gominolas serán muy bien recibidos, especialmente por los niños.
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Consejos y trucos
Sube de nivel tu fondue de chocolate casera con estos trucos e ideas:
- Utiliza el chocolate que más te guste, pero que sea de buena calidad y que disfrutes comiéndolo también al natural, ya sea negro, con leche o incluso blanco.
Añade algún toque de sabor extra con esencia de vainilla, licor de frutas, vino dulce como el Oporto, zumo de naranja o ralladura cítrica, extracto de almendra amarga, especias (canela, cardamomo, jengibre, nuez moscada, anís estrellado...) o salsa de caramelo.
Prueba también a mezclar el chocolate con un poco de Nutella o Nocilla o su versión casera, o sustituye la mantequilla por una cucharada de mantequilla de cacahuete, de avellana, almendra o pistacho.
Añade a la mesa cuencos con granillo de frutos secos al natural, crocanti o virutas de caramelo tipo sprinkles para rebozar las frutas ya bañadas en el chocolate.
Los contrastes salados también van de maravilla. Prueba a añadir un toque de flor de sal a la fondue, a servir escamas de sal junto a la fruta, o galletitas saladas y tipo pretzel para mojar.
Si no tienes una fondue específica, precalienta el recipiente usando el horno con calor residual o a baja temperatura, o colócalo al baño maría con agua muy caliente, recién hervida, debajo, procurando que el cuenco del chocolate sea más grande para que no haya riesgos de salpicar.
Para sustituir los típicos tenedores largos y finos de la fondue, puedes usar brochetas metálicas o de bambú largas, aunque las galletas, barquillos largos y similares se pueden mojar directamente con las manos, con cuidado.
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