Este año el Día de la Madre se solapa con el Primero de mayo, en muchas comunidades hay puente y no hay mucho margen de maniobra. Si te ha pillado un poco el toro y os habéis quedado sin plan para celebrarlo, lo mejor es complicarse lo mínimo preparando un menú casero algo especial, aunque sea casi improvisando a última hora.
Abril ha pasado como un vendaval y dejándonos, de paso, semanas de borrascas y lluvias irregulares, lo que ha complicado más la capacidad de planificar con antelación algún plan fuera de casa, restricciones aparte. El panorama no es el mismo que hace un año, pero casi nos recuerda un poco al pequeño caos que vivimos de cara a las navidades con tanta incertidumbre.
Pero, ahora más que nunca, nos apetece aprovechar cualquier excusa para desconectar y celebrar con nuestros familiares fechas como el Día de la Madre, aunque algunos tengamos que hacerlo, una vez más, de forma virtual y en la distancia. Y para ponérnoslo más fácil, hemos preparado unos menús bien completos, variados y sencillos, con ideas muy flexibles para adaptar en casa. Que al menos sirva de inspiración para quienes se han quedado sin plan.
Cinco menús de última hora para el Día de la Madre
1. Recetas rapidísimas
En esta primera idea demostramos que podemos preparar un menú especial en tiempo récord, y quedar de lujo. Combinando varios electrodomésticos, como son la placa, el horno y el microondas, podemos preparar casi todo a la vez y optimizar aún más los tiempos de cocinado.
Aperitivo. Nada como algo de marisco de concha para darle a cualquier menú un toque de lujo que siempre nos pone en modo festivo. Al servir las vieiras en el aperitivo no tenemos que invertir mucho presupuesto, y podemos encontrarlas congeladas. Estas vieiras a la parmesana estarán listas en 15 minutos, y además podemos dejarlas listas para simplemente darles el toque de horno final antes de servir.
Entrante. Un plato muy sencillo para ir abriendo boca puede ser la ensalada de calabacín a la plancha, que gana muchísimo en sabor y presentación con el queso feta y el punto aromático de la menta. Muy refrescante, al servirlo como ensalada fría o templada no tenemos que preocuparnos por si se enfría al cocinarlo. Podemos dejarlo marinar unos minutos, o echar el aliño justo al servir para mantener la hortaliza crujiente.
Plato principal. El salmón a la ribereña es un platazo que no falla y que nos solucionará el menú en todo tipo de ocasiones. Es una receta tradicional asturiana que, con buen pescado, sidra y un poco de fumet (que puede ser comprado), queda de lujo y no se tarda nada en preparar.
Postre. El microondas es nuestro gran amigo para cocinar un postre rápido y sencillo, como esta tarta de queso en vasitos individuales para la que además no usamos azúcar, sino dátiles y un poco de estevia o edulcorante al gusto. La podemos adornar con frutos rojos, arándanos, fresas o una mermelada que nos guste.
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2. Con platos de toda la vida
El Día de la Madre nos puede poner un pelín nostálgicos y a muchos nos apetece reencontrarnos en la mesa con platos de sabor casero, de esos que despiertan recuerdos y nos llevan a la infancia. A veces se nos olvida que las recetas más tradicionales y hogareñas son las mejores y que más se disfrutan.
Aperitivo. La humilde y siempre generosa croqueta no solo es un símbolo de la cocina casera de madres y abuelas, también ha conquistado el menú de los restaurantes de más lujo con versiones tanto tradicionales como modernas. Nosotros proponemos recuperar las croquetas de pollo para abrir boca en un menú que homenajea lo familiar.
Entrante. Un buen entrante y siempre agradecido son los mejillones a la marinera, con su sabrosa salsa para mojar pan. Este molusco es un poco el marisco humilde de batalla, que suele encontrarse a buen precio todo el año y no nos impide disfrutar del intenso sabor a mar sin tener que dejarnos un riñón en la compra.
Plato principal. Como plato principal proponemos recuperar una receta algo olvidada, pero que nos trasladará a muchas comidas familiares de fin de semana, la carne de ternera rellena. Sabores de toda la vida en una presentación que además luce muy vistosa con el corte de la pieza.
Postre. No podía faltar un postre de pura tradición familiar, de raíces humildes y que admite muchas variaciones. El pan de Calatrava, típico murciano pero preparado en muchas otras regiones de forma similar, es una delicia de alma sencilla que además bebe de la cocina de aprovechamiento. En casa siempre se ha hecho con magdalenas, pero queda delicioso también con restos de bizcocho, pan tipo de torrijas o bollos suizos.
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3. Para madres viajeras
Si a la homenajeada en este día tiene un alma aventurera, le apasiona viajar o le encanta probar nuevos platos y sabores del mundo, una buena idea puede ser dedicar el menú a recetas internacionales. Es una forma sencilla de salir fácilmente de la rutina diaria y de rememorar un poco esos viajes que han quedado postergados indefinidamente por los tiempos que vivimos.
Aperitivo. Un aperitivo que siempre triunfa entre todo el que lo prueba es la crujiente fritura nipona, que en nuestra versión de ratatouille en tempura nos llevará a viajar entre Francia y Japón. Solo hay que dominar la textura de la masa y freír a buena temperatura para obtener ese acabado ligero y fino que hace este plato casi adictivo.
Entrante. Un clásico antipasto veneciano son las sarde in saor o sardins en escabeche, perfectas para aprovechar un pescado de temporada saludable y económico, con sabores que sorprenden. Podemos prepararlas sin problemas a primera hora o la víspera, pues ganan en sabor con el tiempo, y están deliciosas servidas frías con buen pan.
Plato principal. Para la comida principal podemos hacer un curioso viaje en el que de nuevo combinamos culturas diferentes. El riz casimir es todo un clásico familiar de la cocina suiza que, sin embargo, nos recordará un poco a la India, también con toques de cocina latina al incorporar frutas tropicales. Es un plato sencillo y muy agradecido por sus sabores suaves en los que no hay nada picante, perfecto para familias con niños más pequeños.
Postre. Un postre muy primaveral y vistoso, con el que viajamos ahora hacia Australia y Nueva Zelanda, es la pavlova, que proponemos preparar en versión mini con lemon curd y frutos del bosque. La crema de limón añade sabores más británicos a la ecuación, y podemos hacerla casera o comprarla ya lista.
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4. Un menú vegano (y delicioso)
Nunca está de más incluir una propuesta de menú 100% vegano, sin productos animales, que pueda adaptarse a casi todas las necesidades de los comensales. Las recetas veganas también serán aptas para alérgicos o intolerantes al huevo y los lácteos, y no tienen por qué parecer platos sosos o aburridos.
Aperitivo. Los patés, cremas o dips para untar y mojar siempre apetecen, y como alternativa al algo manido hummus proponemos el delicioso baba ganoush o mutabal, a base de berenjena, que además cocinaremos rápidamente con el microondas. Solo queda aderezarlo al gusto y acompañarlo con lo que nos apetezca: crudités de verduras, tostas crujientes, chips, pan de pita, etc.
Entrante. Las samosas son un aperitivo muy popular en la India y sencillísimas de preparar si usamos masa filo o brick comprada. Una vez tenemos listo el relleno vegetal, solo tenemos que montar las mini empanadillas con la masa ya cortada, y hornearlas todas a la vez.
Plato principal. Para la comida principal de un menú vegano sugerimos incluir una buena fuente proteica, pero que se salga un poco de lo común. El seitán en salsa de pimienta es muy sencillo y rápido de elaborar, sorprenderá en casa a más de uno y podemos completarlo con la guarnición que más nos apetezca.
Postre. Nadie en casa protestará con un dulce vegano que ponga la guinda al menú si servimos la suculenta tarta de chocolate del restaurante Telos. Perfecta para los más chocolateros, quedará de lujo si la servimos con fresas frescas o unas frambuesas y hojitas de menta.
5. De brunch o merienda-cena
Ya hemos propuesto varias ideas para celebrar el Día de la Madre con un brunch en casa. El menú se puede organizar fácilmente también en torno a cuatro platos, añadiendo a la mesa otras elaboraciones como una buena variedad de frutas, yogur, quesos y algo de embutido, panes, etc.
Aperitivo. Para ir abriendo el apetito, en esta época apetece y sienta muy bien un sencillo batido de plátano y fresas, que además podemos hacer vegetal con leche de almendras. Lo enriquecemos con semillas de lino, pero bien podríamos usar chía, sésamo, amapola, o, los más golosos, algunas galletas María.
Entrante. Las tostadas o tostas no suelen faltar en un desayuno tardío y tampoco en los brunchs; pero como este menú suele estar bien cargado de panes y bollos, proponemos presentar unas sencillas tostas de boniato que admiten todo tipo de acompañamientos. Con aguacate, hummus, tomate, queso crema, fruta... que cada comensal se monte la suya al gusto.
Plato principal. No podía ser otro el plato estrella que los fabulosos huevos benedict con salmón, convertidos ya en un clásico del brunch hipster moderno. Postureos y modas aparte, están buenísimos.
Postre. El postre de este brunch combina varias elaboraciones dulces en una sola idea, las torrijas de croissant caramelizadas con fruta. No tiene más misterio que aprovechar croissants del día anterior para abrirlos por la mitad, bañarlos en huevo y leche, y cocinarlos a la plancha con un toque de mantequilla. Finalmente se caramelizan con soplete, aunque también se pueden simplemente bañar con miel o gratinar al horno.
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