Tengo una lata de atún, pero no sé qué hacer con ella. Aquí tienes tres recetas rápidas y sabrosas

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Una lata de atún puede parecer un objeto inofensivo y modesto en tu despensa, pero su potencial es sorprendente. En esos momentos de apuro donde el tiempo y la creatividad parecen estar en huelga, una simple lata de atún puede ser tu salvavidas culinario.

Es el héroe anónimo que se oculta en las sombras de tu alacena, esperando a ser descubierto para transformar una cena anodina en una experiencia gastronómica rápida y deliciosa. Ya sea que llegues tarde del trabajo, tengas visitas inesperadas o simplemente no quieras pasar horas cocinando, esa lata de atún puede resolver más problemas de los que imaginas.

Imagina esto: estás a punto de colapsar en el sofá después de un largo día, pero el hambre te ataca. La idea de pedir comida a domicilio es tentadora, pero piensas en tu salud y en tu bolsillo. Abres la despensa y ahí está, la pequeña lata de atún, lista para desplegar sus poderes.

En minutos, puedes tener una cena nutritiva y deliciosa en la mesa, sin complicaciones y sin sacrificar el sabor. Esta humilde lata de conservas puede ser la clave para mantener tu dieta balanceada y tu bolsillo contento, todo mientras disfrutas de una comida que parece mucho más elaborada de lo que realmente es.

Las latas de atún en conserva son un verdadero tesoro en la cocina, no solo por su conveniencia sino también por su versatilidad y valor nutricional. Estas latas vienen en diversas presentaciones: al natural, en escabeche y en aceite. El atún al natural es perfecto para quienes buscan reducir calorías y grasas sin sacrificar proteínas de alta calidad.

Por otro lado, el atún en aceite, ya sea de oliva o vegetal, ofrece un sabor más potente y es ideal para recetas donde se quiere potenciar el sabor. El atún en escabeche, con su toque ácido y especiado, puede darle un giro interesante a platos fríos y ensaladas.

Además, no todas las latas de atún son iguales. Dependiendo del tipo de atún utilizado, puedes encontrar diferentes perfiles de sabor y textura. El atún claro (Thunnus albacares) es común en las latas más económicas y ofrece una carne tierna y suave. El atún blanco o bonito del norte (Thunnus alalunga), conocido por su carne más blanca y su sabor delicado, es una opción premium que eleva cualquier plato. Estos distintos tipos de atún permiten una gama de usos culinarios, desde platos ligeros hasta elaboraciones más sustanciosas.

Y ahora, la pregunta del millón: ¿qué puedes hacer con esa lata de atún? La respuesta es casi infinita. Así que nosotros te vamos a dar tres opciones la mar de sencillas, a cada cual más todoterreno.

Imposible rendirse a un clásico vasco como es el bocadillo de bonito del norte, que en un buen pan, con un poco de mayonesa y unas piparras se convierte en el bocata favorito de Euskadi.

Para los amantes de las ensaladas, nuestro segundo homenaje corre a cuenta de otro icono de los mediodías como es esta ensalada de atún. Ni trampa ni cartón y sí mucha sustancia a costa del atún, de una cebolla dulce y luego, a voluntad, aderezos como limón, mostaza, sal de ajo, cilantro picado, mayonesa y un toque de salsa asiática. Atreveos, que merece la pena.

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Y al cierre, nuestro tercer integrante de este trío de éxito no es otra cosa que este dip de aguacate, atún y caballa que os permite dar salida al clásico aguacate que no da para guacamole y lo hace más generoso, metiendo proteínas y grasas de las buenas en una receta en la que solo tienes que preocuparte de picar el aguacate, escurrir las conservas y mezclar a voluntad, poniendo todo en un bol y dejando que la gente disfrute sin contemplaciones.

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