La alboronía es un plato de origen andalusí. Se trata de un pisto en el que la calabaza y la berenjena están presentes, que se condimenta con pimentón y otras especias. Existen tantas versiones de esta receta como manos que la preparan y no tenéis más que dar un garbeo por estos mundos de internet para comprobarlo.
Cada maestrillo tiene su librillo. Hay quienes prescinden de la berenjena o añaden calabacín, quienes incorporan garbanzos (cosa que tenemos planeado probar en cuanto llegue el fresquete), patata o huevo al conjunto, quienes usan canela para dar un toque extra de sabor (algo muy típico de la cocina árabe), entre otros.
La alboronía es la receta precursora del pisto manchego. Hoy en día se prepara y comer durante todo el año, pero antaño era propia de los viernes de Cuaresma. Para disfrutarla al máximo es importante hacerla con mimo y cuidando que todas las verduras quedan en su punto de cocción. ¿Os animáis a probarla?
Calentamos abundante agua en una cacerola y, cuando arranque a hervir, introducimos la calabaza, pelada y troceada en dados. Cocemos durante unos cinco minutos o hasta que la notemos tierna. Escurrimos, reservando un vaso del agua de la cocción.
Pelamos los dientes de ajo y la cebolla y picamos ambos finamente. Cortamos el pimiento, la berenjena y el calabacín en daditos. Rallamos los tomates, desechando las pieles. Reservamos cada verdura por separado.
Cubrimos con aceite el fondo de una cazuela, donde quepa toda la verdura, y sofreímos el ajo y la cebolla durante unos cinco minutos. Agregamos el pimiento y sofreímos cinco minutos más. Añadimos entonces la berenjena y el calabacín, bajamos el fuego y sofreímos hasta que estén tiernos (unos 15 minutos).
Agregamos media cucharadita de pimentón y otra media de comino molido, junto con el tomate rallado o, en nuestro caso, triturado. Cocemos hasta reducir el líquido y que el tomate espese. Cuando las verduras estén bien tiernas ajustamos el punto de sal, agregamos la calabaza escurrida, removemos para integrar y servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar la alboronía andaluza
Nosotros no concebimos un pisto sin huevo, así que nos parece que este es el complemento perfecto de la alboronía andaluza. Ya sea un huevo frito, a la plancha, revuelto o cocido. Añade un buen pan casero al conjunto y tienes una comida completa y nutritiva. ¿Quién quiere más?
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