Potente, aromático y sencillo. Echar una hoja de laurel a un guiso, al agua de una cocción o a una marinada es una garantía de éxito y de perfume desde el minuto uno. Intenso y frecuente en prácticamente cualquier receta, el laurel da una nueva vida a todo lo que le conozca.
También hay que recordar que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. El laurel es una auténtica bomba de aromas y conviene medir su adición. Apenas una hoja seca basta para dotar de nueva vida a un plato; pasarse de esa medida puede suponer que la cazuela se convierta en el reino del laurel.
Si es con mesura, casi cualquier receta lo acepta bien. Pensemos en unas legumbres estofadas, como alubias, lentejas o garbanzos; ilustremos la jugada con cualquier receta de patatas guisadas o en pucheros de carne; por no hablar de su importancia en ciertas cazuelas marineras y, por supuesto, en darle un empujoncito a caldos y aguas de cocción.
Hoy os contamos todo sobre un alimento que pasó de las coronas imperiales romanas a las cocinas más humildes y que lleva presente en la cocina mediterránea desde hace siglos —y que esperamos que así siga siendo—.
Qué es el laurel
Nuestro querido amigo gastronómico hace alusión a las hojas del arbusto Laurus nobilis, del cual en cocina solo aprovechamos su parte verde. Aunque sus bayas también se pueden utilizar, pues son muy perfumadas, no les damos salida en España, aunque en Italia es relativamente frecuente aderezar asados con ellas.
El tronco, por su parte, se utiliza en marquetería en ciertos lugares de nuestro país, aprovechándolo como madera noble. Se aprovecha así la práctica totalidad de este arbusto o árbol perenne de la familia de las lauráceas.
Bautizado como laurel común o laurel europeo (en México se le llama laurel de Castilla), nos presentamos ante un árbol perennifolio de tronco recto y corteza gris donde nos interesan sus hojas, principalmente. Lanceoladas, alternas y duras, de textura coriácea, y que tienen un color verde oscuro en el haz, mientras que el envés es más claro.
Orígenes y cultivo del laurel
El uso del laurel como elemento medicinal y terapéutico, amén de gastronómico, está documentado desde la Antigua Grecia, cuyo uso además tenía el valor ceremonial de coronar a los triunfadores militares o deportivos. Un hito que también replicó el imperio Romano.
En la otra orilla del Mediterráneo, en Egipto y las civilizaciones del Creciente Fértil, el laurel también se utilizaba como aromática y formaba parte fundamental de las momificaciones egipcias.
En la actualidad, el laurel se puede encontrar tanto en cultivo como en forma salvaje, siendo un arbusto o árbol con pocas exigencias hídricas y de suelos no especialmente ricos, fiel a su origen mediterráneo.
Sin embargo, es sensible al sol muy directo, ya que quema sus hojas y a las corrientes de aire —sobre todo si lo tenemos en casa—, por lo que conviene que esté protegido en una zona de umbría y solo le expongamos a unas pocas horas de sol al día.
Propiedades y beneficios
Como tantas otras aromáticas, lo consumimos en tan poca cantidad que resulta complicado beneficiarse de sus virtudes nutricionales, aunque son abundantes. Sobre todo cuando prestamos atención a sus aceites esenciales, ricos en cineol y eugenol.
Estos componentes facilitan la digestión y son carminativos —reducen los gases—, además estimula el apetito, la motilidad intestinal y las secreciones digestivas. En un sentido parecido, sus propiedades balsámicas repercuten en la salud respiratoria, como en la expulsión de mucosidades.
También su consumo tiene ventajas para el sistema circulatorio por la presencia de ácidos grasos insaturados y para el sistema excretor, ya que es ligeramente diurético.
Nutricionalmente hablando es rico en calcio, hidratos de carbono y hierro, pero como las raciones que consumimos de él son irrisorias, apenas lo podemos calificar de ayuda.
Cómo elegir, conservar y utilizar el laurel en cocina
Como la mayoría de plantas aromáticas, el laurel se vuelve mucho más intenso en seco que en fresco, además su sabor cambia bastante. En fresco o ligeramente seco, el laurel es mucho más balsámico, con reminiscencias a eucalipto, del que es familia.
En seco, se pierden los matices volátiles del eucalipto por esa deshidratación y se resalta un ligero amargor que lo hace ingrato al bocado. Sin embargo, permitimos que sus sabores silvestres y de campo, bastante intensos, pasen a las cocciones, sobre todo cuanto más prolongadas sean.
Puesto que es habitual comprar el laurel ya seco, las condiciones de elección son pocas. Sin embargo, si tenemos laurel fresco o acceso a un laurel, debemos saber que las mejores hojas serán las de la parte media del árbol y no las más expuestas al sol. Debemos fijarnos en que estén bien desarrolladas, que no presenten roturas y que no aparezcan pequeños puntos rojos en el envés, señal de la presencia de diversos insectos.
Bastará con cortarlas con unas tijeras desde el peciolo (no las arranques) y disponernos a disfrutar de ellas. Como decíamos, en fresco son más interesantes por el matiz mentolado que proponen, razón por la que podemos utilizarlo en ciertos postres como en la cocción de un almíbar o en repostería para perfumar masas.
Es, sin embargo, más frecuente que lo utilicemos en la cocina salada. Los usos, sencillos, se limitan a utlizarlo en seco en cualquier tipo de guiso o cocción donde potencia los sabores de caldos, aguas y estofados con bastante facilidad.
Prácticamente cualquier tipo de cazuela se beneficia de su sabor. Desde los platos de legumbres hasta los platos de carne, donde quizá sea siempre mejor recibido por contrastar con la potencia, hasta caldos y sopas de verduras o guisos de pescado.
Es mejor, si tratamos de guisos de pescado, que sean relativamente potentes en sabor para que el laurel no eclipse al resto de ingredientes. Le puede ir bien así a marmitas y marmitakos, donde también coexista la patata, buena amiga del laurel.
Conviene añadirlo siempre al inicio de la cocción para que se vaya regenerando y el aroma se distribuya con más celeridad y, en caso de que trituremos la salsa por alguna razón, quitarle antes del triturado.
Si tenemos laurel fresco en casa y queremos secarlo, la mejor opción es colgarlo boca abajo en un lugar fresco, seco, alejado de la luz y de las fuentes de calor. Una vez listo, en varias semanas, lo podemos guardar en un tarro hermético sin problemas.
Si lo queremos utilizar en fresco, lo mejor es recurrir a la nevera dentro de una bolsa de papel zip con cierre hermético, bien eliminado el aire, y cerrada para evitar que la humedad se apodere del laurel. Es una hoja muy resistente, así que rara vez desarrollará moho, por lo que aguanta bien en estas condiciones.
13 recetas con laurel
De consorte de gratinados a protagonista de asados. De guisos clásicos a salmuera seca o para convertirse en protagonista repostero, el laurel tiene muchas más salidas de las que crees.
Gratinado de patatas con provolone al romero y laurel
Precalentar el horno a 220ºC y preparar una fuente redonda de unos 22 cm de diámetro con aceite o mantequilla. Llenar un recipiente con agua limpia muy fría. Lavar bien las patatas, secar y cortar en rodajas bien finas usando una mandolina, o un buen cuchillo afilado y dejar a remojo en el agua.
En una sartén o cazuela, disponer la nata de cocina con el diente de ajo partido por la mitad, el romero y el laurel limpios y los granos de pimienta negra. Calentar, removiendo con suavidad, bajando el fuego cuando llegue a hervir. Dejar infusionar durante unos 10 minutos. Añadir un poco de sal, el pimentón dulce y el picante.
Escurrir bien las patatas, secándolas con un paño limpio, y colocarlas en la fuente alternando capas y dando un toque de sal en cada una de ellas. Cubrir con la salsa de nata colada reservando un poco, con cuidado, y salpimentar ligeramente. Cubrir con papel de aluminio y hornear durante 30-40 minutos.
Sacar, retirar el papel y añadir el resto de la nata, cubrir con el queso provolone rallado o picado fino, un poco de pan rallado y otro toque de pimienta negra. Hornear de nuevo hasta que el queso se haya fundido y dorado.
Receta completa | Gratinado de patatas con provolone al romero y laurel
Pechugas de pollo en salmuera seca de laurel y pimienta
- Ingredientes para 4 personas. 5 hojas de laurel secas pero no pasadas, 1 cucharadita de pimienta negra en grano, 1 cucharada compactada de azúcar moreno, dos cucharaditas y media de sal, 2 cucharaditas de ajo en polvo, 2 pechugas de pollo grandes enteras y aceite de oliva virgen extra.
- Elaboración. Moler en un molinillo de especias, procesador de alimentos o a mortero las hojas de laurel con los granos de pimienta, hasta tener un polvillo con ligera textura. Combinar con la sal, el azúcar moreno y el ajo en polvo. Secar el pollo con papel de cocina y cortar cada pechuga en dos mitades longitudinalmente, para que no sean tan gruesas. Disponer en una fuente y embadurnarlas bien con la mezcla de especias, por todas sus partes. Dejar en la nevera, sin tapar, un mínimo de 30 minutos y nunca más de una hora.
Receta completa | Pechugas de pollo en salmuera seca de laurel y pimienta
Morcillo de ternera estofado con laurel y pimentón
- **Ingredientes para 4 personas.* 1kg de morcillo de ternera, 125ml de aceite de oliva, 125ml de vinagre de vino blanco, 150g de cebolla, 4 dientes de ajo, 3 hojas de laurel, 1 cucharadita de pimentón de La Vera, perejil fresco, pimienta blanca molida y sal.
- Elaboración. En una cazuela ponemos la carne cortada en trozos no muy menudos, añadimos la cebolla,los dientes de ajo, el vinagre, el aceite, el pimentón y el laurel. Salpimentamos y añadimos el resto de las hierbas aromáticas y tapamos la olla. Si lo hacéis en la superrápida con treinta o cuarenta minutos os llegaría. En caso de que sea una cazuela tradicional necesitaríamos unas dos horas y media aproximadamente, y en este caso iríamos revolviendo y rectificando de agua si esta se va consumiendo a medida que pasa el tiempo.
Receta completa | Morcillo de ternera estofado con laurel y pimentón
Costillas de cerdo laqueadas con laurel y Coca Cola
- Ingredientes para 4 personas. 1,3kg de costilla de cerdo, 330ml de Coca Cola, 12 hojas de laurel, 4 cucharadas de sirope de arce, 1 cucharadita de curry molido, 1 cucharadita de pimentón dulce, 1 cucharadita de comino en grano, una pizca de nuez moscada, 50ml de aceite de oliva y sal y pimienta al gusto.
- Elaboración. Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados con calor arriba y abajo. En una bandeja refractaria ponemos las carne y le añadimos sal y pimienta. Reservamos. Mezclamos en un bol las especias, el aceite, el sirope de arce y embadurnamos bien la carne con esta mezcla. Le añadimos por encima la Coca Cola y las hojas de laurel. Horneamos primero durante 30 minutos a esa temperatura y después bajamos a 140 grados y proseguimos horneando la carne durante una hora y media más. Vamos con una cuchara echando cada cierto rato un poco de salsa por encima de la carne. Una vez pasado el tiempo, retiramos del horno y servimos bien caliente.
Receta completa | Costillas de cerdo laqueadas con laurel y Coca Cola
Alubias blancas con chorizo
- Ingredientes para 4 personas. 400g de alubia blanca seca, 2 dientes de ajo, 1 cebolla, 3 zanahorias, 1 pimiento verde, 1 rama de apio, 200g de chorizo fresco, 10g de pimentón de La Vera, 30ml de aceite, 2 hojas de laurel, sal y agua.
- Elaboración. Ponemos en remojo las alubias la noche anterior para que estén hidratadas. A la mañana siguiente escurrimos las alubias y las lavamos bien bajo el grifo. Las colocamos en una cacerola y añadimos suficiente agua para cubrirlas. Llevamos la cacerola al fuego y levantamos el hervor. Las alubias soltarán espuma e impurezas que necesitamos retirar. Para ello pasamos las alubias por un colador, aclaramos debajo del grifo y volvemos a introducir en la olla, esta vez con las verduras lavadas y troceadas. Añadimos también el chorizo, aceite, el pimentón y las hojas de laurel. Cubrimos el conjunto con agua fría y llevamos de nuevo al fuego. Cuando arranque el hervor añadimos medio vaso de agua fría para cortar la cocción o "asustar" las alubias. Repetimos la operación un par de veces más. Con esto conseguimos que las pieles no se desprendan.
Receta completa | Alubias blancas con chorizo
Pollo en adobo filipino
- Ingredientes para 2 personas. 4 contramuslos de pollo con hueso, 2 dientes de ajo, 125ml de salsa de soja, 125ml de vinagre de arroz, 2 dientes de ajo, 2 hojas de laurel, 5 granos de pimienta negra, 180ml de leche de coco o nata líquida para cocinar y pimienta negra molida.
- Elaboración. Atemperar un poco el pollo, retirar posibles excesos de grasa y secar con papel de cocina. Aderezar con pimienta molida. Picar finos o machacar los ajos pelados. Mezclar en una cazuela (mejor si puede ir al horno) la salsa de soja, el vinagre, los granos de pimienta negra, los ajos, el laurel y la mitad de la leche de coco o nata. Remover con varillas hasta integrar. Calentar y llevar a ebullición. Incorporar el pollo, bajar el fuego y tapar. Cocinar durante 20 minutos, dando la vuelta al pollo dos o tres veces. Apagar, retirar la tapa y sacar el ave, escurriendo las piezas, y depositar sobre un plato con papel de cocina. Encender el grill del horno o precalentar a 240-250ºC. Retirar el laurel y añadir el resto de leche de coco, mezclando con las varillas. Llevar la cazuela a la rejilla superior del horno y dejar que reduzca la salsa hasta que quede espesa y caramelizada, unos 15-20 minutos. Retirar y reservar caliente, tapada. Disponer el pollo sobre una bandeja ligeramente engrasada y gratinar en la misma posición, hasta que la carne esté bien tostada, sin quemarse. Girar las piezas a mitad de la cocción, con mucho cuidado pues el horno estará muy caliente. Servir el pollo con la salsa.
Receta completa | Pollo en adobo filipino
Potaje de garbanzos
- Ingredientes para 2 personas. 200g de garbanzos secos, 2 cebolletas, 3 dientes de ajo, 1 cucharadita de pimentón dulce, 1g de pimentón picante, 1 hoja de laurel, 3 tomates en conserva natural, 10ml de vinagre de Jerez, caldo de verduras o agua, 2 patatas pequeñas, 2 huevos, 1 manojo de espinaca fresca, pimienta negra molida, sal, aceite de oliva, pan de hogaza en rebanada para la picada, un puñado de almendras para la picada y hojas de perejil fresco para la picada.
- Elaboración. Lo primero es dejar los garbanzos a remojo en abundante agua fría la noche antes, preferiblemente unas 8-12 horas, o algunas más. Yo prefiero lavarlos un poco antes, y procuro usar una variedad local fresca de temporada, de calibre pequeño. Picar la cebolleta y dos dientes de ajo. Poner a pochar la primera con un poco de sal en una cazuela con algo de aceite de oliva. Añadir el ajo, remover un poco y dejar sofreír unos minutos, vigilando que no se queme. Agregar el pimentón dulce y una pizca picante, removiendo bien rápidamente. Añadir el tomate, el laurel y una pizquita de sal. Incorporar los garbanzos escurridos, un poco de vinagre y remover bien durante dos minutos. Cubrir con agua o caldo frío, llevar a ebullición, tapar, bajar el fuego y dejar cocer lentamente durante 60-90 minutos. Cuando lleve una hora, más o menos, añadir unas patatas lavadas, peladas y cascadas. Si las dejamos más tiempo o en piezas más pequeñas casi se fundirán con el guiso, dando más espesor. Al gusto. Salpimentar ligeramente y comprobar el nivel de líquido. Debe quedar espeso, no en plan sopa. Dependiendo del tipo de garbanzo y del agua tardarán unos 30 minutos más. También se puede hacer en olla rápida o exprés, aunque yo disfruto con la tranquilidad del chup-chup sin prisas. Cocer mientras los huevos dejándolos al punto, enfriar y pelar. Hacia el final, preparar una majada o picada (opcional). Freír con un poco de aceite una rebanada de pan del día anterior con un puñado de almendras y el ajo restante. Majar en el mortero para hacer una pasta, añadiendo perejil fresco si tenemos. Incorporar la picada al guiso y echar también las espinacas al gusto. Hay que recordar que en cuanto se cuecen reducen mucho su tamaño. Yo prefiero dejarlas cocinar con la tapa puesta y el fuego ya apagado, procurando que no se pasen mucho. Servir con los huevos pelados, en cuartos o picados.
Receta completa | Potaje de garbanzos
Zurrukutuna, sopa vasca de ajo y bacalao
- Ingredientes para 4 personas. 150g de bacalao desalado, 6 dientes de ajo, 100g de pan duro del día anterior, 1 guindilla seca, 15g de pulpa de pimiento choricero, 100g de salsa de tomate, 1 cucharada de pimentón dulce, 4 huevos, 1 litro de agua o de fumet, 1 hoja de laurel, 75ml de aceite de oliva y sal.
- Elaboración. Pelamos y rallamos (o laminamos) los dientes de ajo. Calentamos el aceite de oliva en una cacerola y los rehogamos junto con la guindilla sin dejar que se doren. Añadimos el pan cortado en rebanadas muy finas y la hoja de laurel. Removemos a fuego suave para que el pan se empape bien en el aceite y el ajo sin llegar a tostarse. A continuación incorporamos el pimentón dulce, removemos brevemente. De inmediato, añadimos la salsa de tomate y la pulpa de pimiento choricero. Removemos el conjunto al tiempo que cocemos un par de minutos. Regamos con el agua o fumet y sazonamos al gusto, pero con prudencia, recordando que todavía queda añadir el bacalao. Cocemos a fuego lento unos 30 minutos, removiendo de vez en cuando. Retiramos la hoja de laurel y la guindilla y apagamos el fuego. Agregamos el bacalao y los huevos, tapamos la cacerola y dejamos que cuajen unos minutos. También podemos añadir los huevos batidos y remover para que se integren por toda la sopa. El huevo revuelto espesa la sopa todavía más y la deja muy sabrosa.
Receta completa | Zurrukutuna, sopa vasca de ajo y bacalao
Pulpo al horno a la murciana
- Ingredientes para 6 personas. 1 pulpo grande congelado, 3 hojas de laurel, 8 granos de pimienta negra, 50ml de vino blanco o Brandy, 500ml de cerveza y un limón.
- Elaboración. Precalentar el horno a 200ºC. Disponer el pulpo en una fuente de paredes altas donde quepa más o menos sin que se amontonen demasiado los tentáculos, o usar una de las llandas del electrodoméstico; al cocerse reducirá de volumen. Poner con las ventosas hacia arriba y sacar la cabeza por un lado para que no esté completamente aplastada. Disponer por encima las hojas de laurel y los granos de pimienta negra, y regar con el brandy o vino blanco. Añadir cerveza sin llegar a cubrirlo del todo (según el tamaño podremos usar los 500 ml o no). Tapar la fuente con papel de aluminio y llevar al horno. Hornear 30 minutos tapado; destapar con cuidado y regar con el propio caldo de la fuente. Devolver al horno unos 30 minutos más para que se tuesten los tentáculos. Seguir regándolo cada 15 minutos. Bajar la temperatura del horno a 180ºC y asar unos 20-30 minutos más, hasta que esté tierno. Como ya debería estar bien tostado, podemos taparlo de nuevo para evitar que se pase demasiado por fuera. Al final del horneado, si queremos que quede más crujiente en el exterior, terminar los últimos minutos destapado.
Receta completa | Pulpo al horno a la murciana
Cazón al azafrán
- Ingredientes para 4 personas. 600g de cazón limpio, 100g de cebolla, aceite de oliva virgen extra, 100ml de vino blanco, 400ml de caldo de pescado, hebras de azafrán, 50g de pan de hogaza y una hoja de laurel.
- Elaboración. Pelamos y picamos la cebolla en trozos pequeños, no necesariamente en brunoise. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen en una cazuela y le añadimos la cebolla y el azafrán, removemos y regamos con el vino blanco. Dejamos cocer a fuego suave, sin tapar, durante unos seis u ocho minutos o hasta que el vino se haya evaporado pero la cebolla esté aún jugosa. Mientras cortamos el pan en pequeños dados. Los agregamos a la cazuela junto con el caldo de pescado y el laurel. Dejamos cocer a fuego medio durante 15 minutos. Entonces, agregamos los trozos de cazón, previamente sazonados, y cocemos durante 10 minutos más. Servimos bien caliente en cazuelitas de barro.
Receta completa | Cazón al azafrán
Michirones murcianos, guiso de habas secas y chorizo
- Ingredientes para 4 personas. 500g de habas secas, 1 punta de jamón, 2 chorizos frescos, 1 trozo de tocino con carne, 1 pegote de sobrasada (opcional), 1 cabeza de ajos, 3 hojas de laurel pequeñas, 1 cayena, pimentón dulce, pimentón picante, pimienta negra molida y sal.
- Elaboración. Las habas secas deben estar a remojo, como mínimo 12 horas, pero es mucho más recomendable extender el tiempo a más de 24 horas, cambiando el agua un par de veces en el proceso. Si son frescas, no hará falta remojarlas. Cuanto más remojo, más tiernas saldrán y más rápido se cocinarán. Una vez remojadas y escurridas, poner las habas en una olla grande con el laurel. Añadir el hueso de jamón entero o troceado, los chorizos cortados en rodajas más bien gordas, la panceta o tocino troceado, y la cabeza de ajo cortada por la mitad, pelada solo en las capas más exteriores y sueltas. Añadir las cayenas (si se quiere más picante), una cucharadita generosa de pimentón dulce y un poco de picante, al gusto. Si se agrega la sobrasada, reducir la cantidad de pimentones. Salpimentar ligeramente -vigilar sobre todo la cantidad de sal, se puede corregir al final- y agregar agua suficiente para cubrirlas un par de dedos. Calentar, llevar a ebullición y cocinar a fuego vivo 10-15 minutos, retirando la espuma que pueda salir. Bajar el fuego, tapar y dejar cocinando a fuego lento entre dos y tres horas. El tiempo final dependerá del remojo de las habas, su edad y de la dureza del agua. Menear la olla desde las asas, no metiendo una cuchara para no romper demasiado la legumbre. Probar y ajustar de sal al final. Si tuvieran mucho caldo, cocer unos minutos más a fuego vivo con la olla destapada. No debe quedar excesivamente caldoso, aunque va un poco en gustos.
Receta completa | Michirones murcianos, guiso de habas secas y chorizo
Tartitas de manzana y limón con aroma de laurel
- Ingredientes para 4 unidades. 1 hojaldre rectangular, 5 manzanas, 60g de mantequilla, 55g de azúcar, 6 hojas de laurel, media cucharadita de nuez moscada molida, 1 ralladura de limón, 80g de uvas pasas, 1 cucharadita de maicena, 30ml de zumo de limón, 1 huevo y azúcar glasé.
- Elaboración. Comenzaremos pelamos y cortamos las manzanas en lonchas un poco gruesas. Ponemos una sartén al fuego con la mantequilla y cuando esté fundida añadimos las manzanas, el azúcar, dos de las hojas de laurel, las uvas pasas, la nuez moscada y la ralladura de limón y las cocinamos durante 15 minutos hasta que estén tiernas. Cuando pase el tiempo mezclamos el zumo de limón con la maicena y lo añadimos por encima de las manzanas, dejando cocer de nuevo toda la preparación durante un minuto más. Quitamos las hojas de laurel y dejamos enfriar. Mientras, cortamos nuestra lámina de hojaldre en cuatro rectángulos o cuadrados y le pinchamos la base con un tenedor dejando como un borde de un centímetro. Colocamos repartiendo la mezcla de manzanas y las hojas de laurel en cada base de hojaldre y pintamos con el huevo batido los bordes sobrantes. Precalentamos el horno a 190ºC y refrigeramos, mientras que se calienta el horno, las tartitas en la nevera. Horneamos 25 minutos o hasta que estén doradas. Una vez frías espolvoreamos con el azúcar glas.
Receta completa | Tartitas de manzana y limón con aroma de laurel
Bizcocho de naranja y laurel
- Ingredientes para un bizcocho. 80g de mantequilla sin sal, 10 hojas de laurel, 230g de harina de repostería, 160g de azúcar, 5ml de levadura química, 2g de sal, 3 huevos L, 125g de yogur o queso fresco batido desnatado, 2ml de esencia de vainilla, 1 naranja y 125g de azúcar glasé.
- Elaboración. Derretir la mantequilla en un cazo, añadir 3-4 hojas de laurel. Dejar enfriar mientras se infusiona durante unos 30-60 minutos. Precalentar el horno a 180ºC y engrasar un molde redondo o de anillo. Retirar las hojas de laurel, escurriendo bien la mantequilla, y desechar. Disponer en un recipiente mediano la harina con el azúcar, la levadura química y la sal, y mezclar con unas varillas. En otro cuenco, batir la mantequilla derretida con los huevos, el queso fresco batido o yogur, la vainilla y la ralladura de la naranja. Incorporar esta preparación a la harina y mezclar bien, con suavidad, hasta tener una masa homogénea sin grumos secos. Llenar el molde con la masa, igualando la parte superior con una espátula o el dorso de una cuchara. Repartir por encima el resto de las hojas de laurel, presionando muy ligeramente. Hornear durante unos 40-50 minutos. El tiempo final dependerá del tipo de molde, mejor ir comprobando el interior pinchando con un palillo o brocheta. Esperar unos minutos fuera del horno, desmoldar con suavidad y dejar enfriar completamente sobre una rejilla. Preparar el glaseado batiendo con unas varillas el azúcar glasé y 1-2 cucharadas de zumo de la naranja colado, hasta tener una consistencia densa y viscosa. Repartir encima del bizcocho frío y dejar secar.
Receta completa | Bizcocho de naranja y laurel
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