El italiano Christian Cavaletti es doctor en química especializado en síntesis orgánica, pero la gran pasión de su vida tiene forma de lata y ha invadido por completo el sótano de su casa. En 1989 empezó a coleccionar botes de Pepsi, y no ha parado desde entonces. En el año 2004 recibió el Premio Guiness a la mayor colección de latas de este refresco tras atesorar 4.391 unidades, pero ahora tiene muchas, muchísimas más.
Este año, Cavaletti ha batido su propio récord al certificar la organización que ahora es el feliz poseedor de un total de 12.402 latas procedentes de todo el mundo y de todas las épocas, al menos desde que empezó a fabricarse la bebida en dicho formato. La gigantesca colección, que comparte con su hermano, es fruto de un sueño muy peculiar: transformar su patrimonio en la mayor exposición de latas de Pepsi del mundo, un verdadero museo.
Así lo cuenta en su página web, la cual no actualiza desde 2020, pero cuyo diseño ya vintage o incluso viejuno, en términos informáticos, es un buen reflejo del espíritu con el que surgió su gusanillo coleccionista, allá por el mes de junio de 1989. Aunque la colección arrancó de una forma muy distinta a lo que es hoy, y fue gracias a la pasión de su hermano por otro producto de la cultura popular.
De coleccionista de 'Regreso al futuro' a la obsesión por Pepsi
Los más veteranos del lugar recordarán que en 2015 nos hicimos eco de la campaña promocional que sacó Pepsi lanzando una edición limitada de su mítica Pepsi Perfect. Era la fecha concreta a la que Marty McFly, el personaje interpretado por Michael J. Fox, viaja desde los años 80 en la película 'Regreso al Futuro 2', donde consume dicha bebida, con un diseño de lo más peculiar.
Edouardo Cavatelli, hermano de Christian, estaba fascinado por el filme de Robert Zemeckis, y empezó a reunir objetos y merchandising relacionados con la saga, incluyendo la botella futurista. Esto despertó el interés coleccionista también de su hermano, que derivaría en una atención creciente por y exclusiva hacia las latas de Pepsi.
Solo harían falta dos años para que ambos hermanos ya fueran conocidos en el circuito del coleccionismo vinculado a bebidas y otros objetos de la cultura pop, bautizándolos como "los gemelos Cavaletti", a pesar de que Christian es ocho años menor.
Es el pequeño de la familia quien llevó el hobby a una verdadera obsesión que no tardaría en enfocar hacia su ambicioso objetivo soñado: abrir el primer y más grande museo de latas de Pepsi de todo el mundo.
Su idea, que ya anunciaba con ilusión desde que inauguró de su página web, es la de reunir, preservar y difundir las obras atesoradas, creando además cierto montaje museográfico incluyendo información y contenidos complementarios para ilustrar la historia y las curiosidades que rodean a la marca y cada una de las latas.
Un sótano para viajar por el tiempo y el mundo
De esta forma, el sótano de la actual vivienda de Cavaletti en Alba Adriatica, casado y con dos hijos, está completamente invadido por miles de latas de todos los tamaños, colores y diseños imaginables. El coleccionista, que trabaja en una empresa textil local, guarda verdaderos incunables y series completas que son la envidia de cualquier coleccionista especializado.
Una de las piezas más valiosas de su catálogo es nada menos que una lata de la primera serie de Pepsi fabricada de la historia, de 1948, muy distinta a los modelos actuales, luciendo en su decoración ilustraciones de la chapa con el clásico logo antiguo de la marca, de fondo blanco y destacando los colores rojo y azul, más claro que el tono oscuro que predomina hoy.
Además, como curiosidad, se lee en la parte inferior 'No deposit - No return', en referencia a que las latas de refresco se inventaron precisamente para acabar con la necesidad de devolver las botellas a los comercios una vez vacías.
En la inabarcable colección de latas, ordenadas cronológicamente por países, no solo se descubren ediciones de lo más peculiares con sabores exóticos exclusivos de otras regiones, como la Pepsi de mango, también hay auténticas rara avis como la "espacial", una réplica del modelo enviado por la NASA en la misión STS 51-F de 1985, con una boquilla y adaptada a su consumo en el espacio, un proyecto en el que también participó su gran rival, Coca-Cola.
También destaca la mayor serie de latas de Pepsi fabricada en Europa, casualmente procedentes de España, originaria de los 80 y que muestran ilustraciones de superhéroes del Universo Marvel y Aviones de Combate. Solamente este conjunto completo está valorado acutalmente unos 40.000 dólares.
Con su recién renovado diploma que confirma ser el orgulloso mayor coleccionista de latas de Pepsi del mundo, Cavaletti espera seguir aumentando su patrimonio también a través de donaciones o colaboraciones, para sí poder, finalmente, abrir una exposición permanente con un fondo inicial de, al menos, 15.000 latas de refresco debidamente catalogadas.
Frente a las 12.402 latas de Pepsi de este italiano, el mayor coleccionista de latas de Coca-Cola, el canadiense Gary Feng, atesora solo 11.308 unidades. Lejos de compartir la rivalidad de ambas marcas, los dos coleccionistas son buenos amigos.
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