¿Es una fruta? ¿Es una verdura? ¿Es una hortaliza? Para estas y otras muchas preguntas ligeramente picantes sobre el rábano te damos las respuestas más convincentes. No te dejes nada porque gracias a este especial rabanero vas a poder conocer todos sus beneficios para la salud y cómo trabajar con él en la cocina de la manera más óptima.
Pero ya sabes que lo primero es dejar claro qué es ese simpático alimento de piel rojiza (a veces es blanca, negra o incluso morada) cuya raíz es comestible y que pertenece a la familia de la col y el nabo. Si no te importa un rábano todo esto, ya sabes lo que tienes que hacer.
Qué es el rábano y cuántas variedades hay
El también conocido como rabanito (Raphanus sativus), es considerado una hortaliza cuya raíz carnosa se obtiene de la planta con el mismo nombre. Destaca por su sabor ligeramente picante y puede adoptar varias formas: esférica, cónica, fusiforme, cilíndrica y ovalada.
Está recubierto por una corteza que también puede ser de varios colores, desde el rojo (que es el más habitual) hasta el blanco, pasando por el morado, el negro o el rojiblanco. Pero esto lo veremos más adelante. Eso sí, la carne es siempre blanca, excepto en algunas variedades asiáticas que podemos definir como rosáceas.
Por otra parte, señalar que hay tres variedades de rábano. Te contamos todos los detalles a continuación:
Daikon: También conocido como rábano chino o japonés. A pesar de su nombre (daikon significa "raíz grande" en japonés), es en Europa y China donde se produce y consume el 90% de su producción. Su aspecto recuerda al de una zanahoria blanca, su textura es crujiente y tiene un sabor más suave que el rábano convencional. Tiene raíces de 30 centímetros de longitud y está disponible durante todo el año.
Rábano de invierno: Es de color negro y parece ser que tiene cierto parentesco con el rábano silvestre, un tubérculo que se cultivaba en el antiguo Egipto (más antiguo que las pirámides). También se le llama rábano español negro, tiene forma cilíndrica y, aunque su piel es muy difícil de digerir, su carne es blanca y muy digestiva.
Rábano de primavera: En general, es redondo y más pequeño. Aunque los hay de diferentes variedades. Por ejemplo, el cherriette, el cabernet y el champión es de piel roja y pulpa blanca. Pero el ciruelo púrpura es de color morado oscuro. Mientras que el bengala es rojo y blanco y el huevo de pascua combina los colores rojo, blanco, rosado y morado juntos.
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Rábano de verano: En este caso, hablamos de un rábano de forma alargada y de mayor tamaño que los de primavera, aunque igualmente se comen crudos. Algunas variedades veraniegas son el fluo, de color rojo brillante y extremos blancos, el french breakfast, de raíz cilíndrica suave y dulce, y el ribella, de raíces redondas.
Rábano de otoño: Son de un tamaño superior al de las especies anteriores y estos sí deben ser cocidos antes de consumirlos. Son los únicos que no se deben comer crudos. También se caracterizan por tener unas raíces más voluminosas y un ciclo de seis semanas.
Propiedades del rábano, que las tiene
Los rábanos no son solo interesantes por su particular sabor y por aportar frescor a los platos, sino por su contenido de fibra, minerales, vitamina C, vitamina B1, folatos y potasio. Con aproximadamente un 95% de contenido en agua, hay que destacar que tienen muy pocas calorías y suponen un buen complemento para tu dieta si lo que buscas es mantener la hidratación en verano.
En el caso del Daikon, matizar que es parte de la medicina tradicional china y que se usa como antioxidante, diurético, depurativo, antimicrobiano e inmunoestimulante. El negro, por su parte, se suele usar con fines medicinales por sus propiedades anticancerígenas (posee isotiocianatos y glucosinolatos) y de protección del hígado (ayudando en la eliminación de grasas).
Cabe recordar que se suele decir que los rábanos son de las mejores hortalizas con propiedades digestivas, ya que estimulan la creación de bacterias beneficiosas para el tránsito intestinal y, al mismo tiempo, combaten las bacterias perjudiciales.
Ocho recetas con rábano infalibles
Ahora que ya sabemos que el rábano puede ser nuestro mejor aliado, lo suyo es conocer sus posibilidades dentro de la cocina, aunque a estas alturas ya ha quedado claro que lo más normal es comerlo crudo, a modo de aperitivo (salvo en el caso del rábano de otoño).
Es muy habitual encontrarlo reclamando su espacio en ensaladas, bocadillos u otras preparaciones que veremos a continuación. Conviene que sepas que su sabor cambia en función de la variedad, resultando más suaves los pequeños y alargados de color rojo y blanco.
En cualquier caso, recuerda que su almacenamiento en el frigorífico debe ser a unos 0º C y con una humedad relativa del 90-96% para conservarlos durante tres o cuatro semanas. Dicho esto, te dejamos algunas recetas con rábano con las que seguro vas a triunfar.