El tabulé es un clásico de Medio Oriente y tradicionalmente se conoce por su base de bulgur. Sin embargo, hoy te propongo una versión alternativa que reemplaza el trigo o el cuscús por lentejas. Esta adaptación no solo mantiene la esencia refrescante del plato original, sino que también potencia su valor nutricional, siendo una alternativa sin gluten y rica en proteínas vegetales y fibra, perfecta para quienes buscan una comida ligera pero saciante.
Las lentejas son las estrellas del plato. Son una fuente de proteínas importantes para los músculos, sobre todo si sigues una dieta vegetariana o vegana. Además, su alto contenido de fibra hace que la digestión sea más amigable, lo que es clave para asegurar un descanso reparador.
Lo atractivo del tabulé de lentejas es su versatilidad y facilidad de preparación. Una vez cocidas las lentejas, preferiblemente al dente para que conserven su textura, solo necesitas combinarlas con los ingredientes frescos que caracterizan al tabulé: cebolla, pimientos y pepinos en cubos pequeños, y una generosa cantidad de hierbas frescas como perejil. Estos elementos no solo aportan frescura y color, sino también una gran cantidad de vitaminas y antioxidantes.
Para el aliño, la simplicidad es clave: unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra, zumo de limón recién exprimido y una pizca de sal y pimienta. ¿Y lo mejor? Se puede dejar preparado con anticipación en un recipiente en la nevera, así al momento de servir estará en su temperatura justa.
Es un plato bastante completo por sí solo, pero si quieres pensar en alternativas de presentación, te propongo dos ideas. Por ejemplo, puedes utilizar unas hojas de lechuga romana o cogollos para servir el tabulé como si fueran "tacos" o barquitas, aportando un toque crujiente o bien, rellenar un pan de pita. Acompañar con unos falafels con una salsa de yogur griego natural serán el contrapunto perfecto.
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