Donde unos ven una vaca, un gallego ve una aliada y un mar de posibilidades gastronómicas. Fundamental para entender el rural gallego, la vaca ha marcado el designio de la ganadería de Galicia desde tiempos inmemoriales, convirtiéndose en un animal todoterreno en todos los sentidos.
De ella se aprovechaba todo y, si hablamos de leche, el rendimiento era hasta la última gota. De hecho, de esas vacas sale esta receta de pastas gallegas que con apenas cuatro ingredientes y media hora de elaboración te permite tener unas galletas de sobresaliente.
Son las maruxas de nata, una receta propia de la comarca de Ferrol, donde se recurría a la nata que sobraba tras la cocción de la leche para formar con azúcar y harina estas elementales pastas.
Ahora, evidentemente, nadie cuece leche en casa, pero se puede comprar nata de calidad en los mercados y los supermercados. En este caso, lo que necesitamos es una nata que tenga un contenido en materia grasa elevado, por encima del 35%, pues necesitamos sabor y contundencia en la receta.
A partir de ahí, poquísima ciencia. Comenzamos echando la nata en un bol y añadiendo los dos tipos de azúcares (blanco y de caña, pero podéis usar solo uno). Después con una batidora eléctrica con varillas batimos hasta que se forme una masa de textura similar a la mantequilla.
Cuando tengamos esa textura, agregamos la harina y mezclamos con las manos para después amasar hasta que la masa se despegue de las paredes del bol. Tras este gesto, precalentamos el horno a 180 ºC y dividimos la masa en bolas del tamaño de una nuez.
Colocamos las porciones de masa en una fuente con papel de horno y aplastamos ligeramente con la mano. Estarán listas en 20 minutos; luego solo tendremos que dejar enfriar en una rejilla y tendremos unas galletas baratas y sabrosas sin esfuerzo.
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