Cuando suben las temperaturas también apetecen dulces más frescos, y a ser posible sin tener que encender el horno. Por eso los postres fríos como esta mousse de chocolate especiada son perfectos para esta época del año, y son irresistibles para los más golosos.
Para estas recetas recomiendo emplear un buen chocolate negro, ya que al mezclarlo con los demás ingredientes su sabor potente a cacao se verá reducido. En esta ocasión añadimos un toque de especias con un puntito picante, si es muy ligero acentuará el sabor del cacao, pero podemos aventurarnos a aumentar las cantidades si nos gustan las emociones fuertes. Esta receta emplea poco azúcar, quizá los más golosos prefieran añadir un poco más.
Separar las claras de las yemas de los huevos. Disponer el chocolate negro troceado con la mantequilla en un recipiente para el baño María. Calentar y derretir a fuego lento, mezclando con una espátula hasta que esté muy suave, sin que se caliente demasiado.
Colocar el chocolate derretido en un cuenco y mientras se enfría un poco batir la nata aparte hasta montarla. Batir con unas varillas el chocolate añadiendo las yemas una a una. Incorporar la nata y las especias, mezclando bien.
Batir las claras de huevo aparte hasta montarlas a punto de nieve. Añadirlas a la mezcla de chocolate e incorporarlas mezclando muy suavemente, con movimientos envolventes, hasta que quede una mezcla homogénea. Repartir en copas, dejando igualada la superficie, y dejar enfriar en la nevera un mínimo de 2 horas.
Con qué acompañar la mousse de chocolate especiada
Podemos servir esta mousse de chocolate especiada con un poco de nata montada, mejor casera, un poco de canela espolvoreada, unos frutos rojos y unas hojitas de menta. Si preferimos un contraste crujiente se pueden añadir galletas picadas, trocitos de chocolate entero o unos frutos secos tostados. Salen 4 raciones comedidas o 2 más generosas.