Los panes planos de diferentes culturas son estupendos para tomarnos algunas licencias e improvisar pizzas muy sencillas con productos de temporada. Estas pitas pizzas de albaricoques con queso de cabra demuestran todo el juego que da la fruta de hueso en platos salados, sobre todo si nos gustan los contrastes dulces y amargos.
Podríamos usar pan naan o incluso tortillas mexicanas; la idea es poder aprovechar lo que tengamos por casa, aunque nada nos impide preparar la base desde cero. Cuando nos falten los albaricoques, podremos replicar la receta con nectarinas, melocotones o incluso higos, ya a finales del verano.
Precalentar el horno con el grill para gratinar, o a 200º C con calor arriba. Lavar bien todos los ingredientes vegetales y secar con suavidad. Aplanar los panes de pita con un rodillo y pintar por ambos lados con aceite de oliva.
Cocinar al grill los panes o a la plancha, para dejarlos ligeramente dorados, pero sin que se oscurezcan mucho. Combinar 100 g del queso de cabra en un cuenco con la mostaza, salpimentar y añadir zaatar o especias al gusto. Formar una crema y cubrir una cara de cada pan.
Cortar los albaricoques en cuartos o piezas pequeñas, desechando los huesos, y repartir sobre las pitas. Añadir un poco de sal y hornear unos 5-10 minutos en el nivel superior, para que empiecen a caramelizarse.
Cortar los tomatitos en cuartos o gajos pequeños y los rabanitos en láminas finas. Repartir sobre las pitas añadiendo rúcula al gusto y el resto del queso. Regar con aceite de oliva virgen extra y añadir una pizca de pimienta negra.
Se pueden tomar directamente o volver a gratinar un poco. También es una opción añadir queso más fundente, tipo mozzarella o emmental, para que se derrita con el calor del grill del horno.
Con qué acompañar las pizzas pita de albaricoques
Estas pizzas pita de albaricoque y queso de cabra pueden solucionarnos una cena original y sabrosa cualquier día de la semana. Se pueden compartir entre dos o repartir para cuatro comensales añadiendo una ensalada a la mesa, gazpacho o cualquier otra crema fría. En un menú más completo podríamos simplemente servir un poco de salmón ahumado o unos huevos cocidos.