Uno de mis grandes retos pendientes de dulces de Navidad era el famoso tronco de chocolate. Ya tenía experiencia con algún que otro brazo de gitano pero nunca encontraba el momento de intentar este postre tan típico en muchos países, y cada vez más popular aquí. Fue una tarde de diciembre con invitados en casa la que nos animó a emprender el proyecto pastelero navideño, logrando todo un éxito.
Conocido también como bûche de noël, yule log o roulade, el tronco de Navidad ofrece muchas posibilidades aunque el más típico recrea un tronco cubierto de chocolate. En el fondo no es muy difícil si ya tenemos algo de experiencia con los bizcochos enrollados, solo requiere algo de maña con el montaje y decoración. Es recomendable empezar el día antes o al menos dedicarle varias horas de antelación para no ir con prisas.
Yo prefiero un bizcocho gordito y quería que fuera bien grande para servir a 10 personas sin problemas, así que he adaptado la receta de Chocolatísimo usando huevos tamaño L. Además he usado también su receta de la ganaché, que requiere como mínimo 24 horas de nevera para alcanzar la consistencia adecuada. Si no tenéis tanto tiempo, podéis usar la que nos enseña Esther en esta otra receta.
El día antes preparamos el almíbar y la ganaché de chocolate. Poner en un cazo el azúcar con el agua, la vainilla, la piel de naranja y la canela, llevar a ebullición, bajar el fuego y cocer unos 5 minutos removiendo un poco hasta que se disuelva. Dejar enfriar y guardar colado en un recipiente hermético en la nevera.
Para la ganaché de chocolate trocear el chocolate y poner a calentar la nata. Justo antes de que rompa a hervir, echar sobre el chocolate y mezclar con suavidad. Añadir también la mantequilla en pomada y mezclar hasta que se derrita por completo y sea una mezcla homogénea. Esperar a que enfríe, llevar a un recipiente de cierre hermético y guardar en la nevera como mínimo 24 horas.
Precalentar el horno a 200ºC y cubrir una bandeja de horno -una llanda- con papel sulfurizado antiadherente. Batir con batidora de varillas las claras con los 80 g de azúcar hasta que quede una especie merengue sin montar del todo, espeso pero no del todo firme. Batir también las yemas con 70 g de azúcar hasta que espesen y adquieran un color pálido.
Incorporar las yemas a las claras en tres tandas, mezclando con unas varillas siguiendo movimientos envolventes de arriba hacia abajo. Tamizar la harina encima y añadirla también en tres veces. Agregar la vainilla y mezclar bien hasta tener una masa homogénea sin grumos.
Echar sobre la bandeja y distribuir bien con ayuda de una espátula, extendiéndola suavemente procurando que quede totalmente homogénea. Hornear durante unos 12 minutos, hasta que se haya dorado un poco y al tocar la superficie se note esponjosa y firme pero elástica.
Esperar unos 10 minutos, cubrir con otra hoja de papel y dar la vuelta con cuidado para retirar el papel. Volver a dar la vuelta y colocar sobre un paño limpio para enrollarlo con cuidado mientras sigue caliente. No es un paso imprescindible pero puede ayudar a que no se nos rompa a la hora de enrollarlo cuando se haya enfriado. Montar la nata con la vainilla y el azúcar, sin dejarla muy espesa.
Desenrollar el bizcocho y mojar la cara interna -la que estaba expuesta arriba en el horno- con el almíbar. Cubrir con una capa generosa de nata, con cuidado de no pasarnos en los extremos, y enrollar con suavidad, intentando que quede del mismo grosor en todas partes. Enrollaremos siempre por el lado más largo.
Poner dos hojas de papel sulfurizado encima de la bandeja donque queramos servir el tronco, para protegerla. Sus bordes estarán solapándose un poco justo en medio, y ahí vamos a poner el trondo enrollado, con la junta hacia abajo. Cortar un extremo pequeño recto, y el otro algo más grande en diagonal.
Pegar el pequeño a un lado y el otro encima, usando un poco de ganaché de chocolate. Si queremos evitar que se manchen los extremos podemos taparlos con porciones de papel de aluminio. Extender bien la ganaché por todas partes. En el caso de que fuera difícil, llevar el tronco a la nevera o al congelador un rato antes de poner el chocolate.
Dejar enfriar como mínimo 30 minutos. Decorar dibujando surcos con un tenedor y añadir los detalles que queramos, como figuritas de azúcar, mazapán o fondant. Espolvorear con azúcar glasé tamizado, retirar el aluminio y, con mucho cuidado, los dos papeles de abajo. Reservar en frío antes de servir.
Con qué acompañar el tronco de chocolate
Este tronco de chocolate o bûche de noël podemos servirlo como postre de cualquier menú en Navidad, aunque yo prefiero reservarlo para días navideños fuera de las grandes celebraciones como Nochebuena o Nochevieja. Es perfecto para la sobremesa o merienda de cualquier otro día de las fiestas, con invitados en casa o con toda la familia reunida alrededor de la chimenea; o su versión de Netflix en la televisión.
Aunque no es muy pesado ni seco, recomiendo acompañarlo de buen café, té o infusiones especiadas, o quizá algún licor o un vino caliente navideño no demasiado endulzado. El chocolate a la taza es tentador como pareja, aunque quizá excesivamente pesado y dulce.
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