Una de las elaboraciones que más me gusta de la cocina italiana es el risotto. Adoro la melosidad de este plato, su sabor y lo tremendamente versátil que es. Se puede preparar con infinidad de ingredientes: de queso cheddar, risotto ajo negro y muchos más. Hoy sumamos este risotto de calabacín a la lista.
Es el risotto perfecto para iniciarse en este universo. El sabor del calabacín es amable y no entra en conflicto con el del queso o la mantequilla. Si eres de los que prefiere darle un punto extra de sabor, te recomiendo añadir un poco de queso de cabra. Queda brutal.
¿Nunca te has atrevido con el risotto? Pues le puedes poner remedio ya mismo. Además de esta receta necesitarás consultar las claves para que te quede perfecto. Es un plato sencillo, pero requiere de respeto. No te saltes ninguno de nuestros consejos y triunfarás como los grandes chefs.
Lavamos el calabacín y lo cortamos en pequeños dados. Reservamos. Pelamos y picamos finamente la cebolla. Calentamos la mitad de la mantequilla en una cazuela y pochamos la cebolla a fuego lento hasta que esté traslúcida. Añadimos el calabacín y el arroz y rehogamos un par de minutos. Salpimentamos.
Regamos con el vino, subimos el fuego y dejamos que se evapore el alcohol antes de añadir el caldo de verduras. El caldo ha de estar caliente, para que la temperatura del arroz se mantenga constante, y lo iremos añadiendo poco a poco, removiendo todo el rato, y esperando a que el arroz absorba el caldo antes de añadir más.
A los 15-16 minutos de cocción probamos el punto del arroz para asegurarnos que está al dente. Si no fuera el caso cocemos durante un par de minutos más. Retiramos del fuego cuando el grano esté tierno por fuera y ligeramente duro en el interior, asegurando que está caldoso.
Terminamos el risotto añadiendo el queso rallado y el resto de la mantequilla. Removemos para incorporar y esperamos cinco minutos antes de servir. El arroz se terminará de cocer en este tiempo, suficiente para poner la mesa y congregar al resto de los comensales.
Con qué acompañar el risotto de calabacín
Por lo general, todo risotto es contundente y conviene servirse poca cantidad si se presenta como primer plato de una comida. No obstante, también existen la posibilidad de convertir este risotto de calabacín en plato único. Si le añadimos un poco de queso de cabra, lo haremos más cremoso, sabroso y no necesitará de nada más para dejarnos bien saciados.
En DAP | Risotto cuatro quesos
En DAP| Risotto calabaza