Queso de cabra rebozado: seis sabrosas ideas para montar un picoteo del finde (o navideño) fácil y vistoso

Queso de cabra rebozado: seis sabrosas ideas para montar un picoteo del finde (o navideño) fácil y vistoso
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Ya sea con los menús de Navidad en mente, o bien para cualquier picoteo del fin de semana, las ideas con queso siempre son bienvenidas. Lo más sencillo es montar una tabla con unas cuantas variedades y algún acompañamiento, pero para ser más original, prueba a rebozar el queso de cabra con diferentes ingredientes que sumen sabor y colorido. Para inspirarte, te proponemos seis opciones y sus distintas variedades con las que jugar.

Decidimos apostar por el queso de cabra refiriéndonos al tipo de rulo, el omnipresente en tantas ensaladas y uno de nuestros favoritos para montar canapés o dar sabor a multitud de platos vegetales y recetas con huevo. Además de ser más ligero que otros también cremosos, como el brie o el camembert, resulta mucho más maleable, menos graso y pegajoso, y podemos comprarlo en rulo sin corteza para rebozarlo así directamente.

Queso con Hierbas

En cualquier caso, la corteza se retira fácilmente con el cuchillo y puedes además desmenuzarlo para combinarlo con un toque de otro queso más intenso, incluso otro de cabra que sea curado, rallado bien fino, o uno tipo crema de untar. Si notas que la consistencia es demasiado blanda para manejarlo, simplemente déjalo endurecer un rato en la nevera.

Forma una gran bola para que presida una fuente rodeado de tostas, crudités y crackers, o dedica un poco más tiempo para montar bolitas individuales, estupendas también para coronar canapés, repartir en cucharitas o convertir en pinchos.

1. Hierbas y especias

Queso con Hierbas

Puedes usar solo una variedad o combinar varias, tanto de hierbas frescas como secas, añadiendo o sustituyéndolas por especias que te gusten. Las posibilidades son casi infinitas, pero tampoco mezcles a lo loco mil cosas. Piensa en recetas o platos en los que se utilicen con armonía y funcionen bien; los productos comerciales te pueden dar pistas sobre qué sabores combinar.

Las típicas finas hierbas o provenzales siempre van bien con el queso, particularmente el cebollino, el tomillo, el romero, el perejil, el orégano y la albahaca, esta última con más moderación. Eneldo, perifollo y hojas de hinojo son igualmente buenas opciones.

Curry

En cuanto a especias, en grano añade solo una pequeña proporción ellas combinadas con las hierbas, u opta por la versión molida. Pimentón, comino y cilantro son apuestas ganadoras, también las mezclas de aderezos ya listas para usar, como el curry, ras el hanout o algo tipo cajún, con su toque picante.

2. Frutos y frutas secas

Queso

La cascaruja o típico cocktail de frutos secos que tantos picoteos nos alegra marida deliciosamente bien con cualquier queso. Aquí puedes ponerte todo lo creativo que quieras: difícilmente darás con una combinación errónea. Procura, eso sí, no emplear frutos secos rancios o pasados, ni frutas secas prehistóricas que puedan romper empastes.

Utiliza almendras, cacahuetes, anacardos, avellanas, pistachos, pecanas o nueces, preferiblemente recién tostados y sin sal, mezclándolos como prefieras. Añade orejones, uvas o ciruelas pasas, arándanos secos, piña o mango deshidratado, dátiles... que estén jugosos, bien picados y, por supuesto, sin hueso. La mezcla de texturas crujientes y tiernas, con sabores salados y dulces, convertirá al queso en un bocado irresistible.

3. Semillas y condimentos

Bombones de queso y sesamo

Semillas de sésamo blanco o negro, de amapola, de chía, de lino, pipas de calabaza o girasol; funcionan básicamente igual que los frutos secos, con la ventaja de su tamaño más pequeño. Tabién puedes tostarlos ligeramente para realzar su aroma y textura, incluso es una buena idea caramelizarlos, como en esta rica receta.

Los aderezos tipo furikake o za'atar son también perfectos, por combinar diferentes ingredientes entre los que se incluyen semillas y otros condimentos como algas seca, chiles, katsuobushi o sal. Prueba a agregar ralladura de limón, lima o naranja para darle un punto más fresco y ácido.

4. Fruta fresca

Queso con Granada

Siguiendo esa línea, quizá prefieras potenciar aún más el poder refrescante del aperitivo rebozando el queso en piezas de fruta fresca natural. Los productos que tienden a oxidarse una vez expuesta la pulpa, como la manzana o la pena, requieren trabajar rápido y servir casi inmediatamente, aunque puedes mitigar ese efecto de pardeamiento dejando las piezas cortadas y picadas en un recipiente con agua helada y zumo de limón.

Aunque es mucho más fácil optar por frutas que resistan un poco más al aire, como los granos de granada, mango y papaya, kiwi, grosellas, frambuesas, moras y arándanos frescos, o uvas.

5. Snacks salados y crujientes

No es la opción más sana, pero sí es indiscutiblemente sabrosa. Con snacks nos referimos a patatas fritas y chips de verduras, palitos salados o pretzels, quicos o tiras de maíz fritos, ganchitos, cortezas, palomitas, nachos, tostones de plátano frito o yuca, etc.

Garbanzos

Aunque no se debe abusar de estos ultraprocesados, machacados o muy picados son un rebozado fantástico para saborizar el queso, y al menos empleando el rulo entero o una bola grande no usaremos tanta cantidad como podríamos consumir comiendo estos snacks directamente de sus bolsas.

Además, podemos hacer versiones caseras de muchos de ellos, por ejemplo palomitas de maíz o garbanzos crujientes, aderezándolos a nuestro gusto.

6. Embutidos y marisco

Por último, puedes sumar más proteínas al queso con ingredientes que forman parte habitualmente de canapés y aperitivos, como cualquier embutido o chacina, y también mariscos cocidos o de conservas.

Queso con cangrejo

En Estados Unidos, donde son muy aficionados a servir las llamadas cheese balls, triunfan las bolas de queso rebozadas en trocitos de bacon crujiente, pero puedes usar productos más nuestros. Jamón ibérico o serrano bien picado -que también puedes dejar crujiente tostándolo en una sartén, al horno o microondas-, chorizo, salchichón, cecina... Intenta no usar partes demasiado grasas, y combínalo con alguna hierba o fruta para darle un contrapunto de frescor.

Caviar

Si prefieres sabores marinos, la carne de cangrejo desmigada es una opción cómoda que puedes usar en conserva para ahorrar trabajo. También anchoas picadas, gambas o langostinos cocidos, arenques marinados, pulpo tierno picadito, etc. El sucedáneo de caviar de calibre fino puede lucir muy lujoso con su textura y contrastes de color, y también puedes probar con salazones muy picados o rallados, creando como un polvo de sabor intenso ideal para rebozar el queso.

Fotos | iStock - Pixabay
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