La receta de judías verdes con tomate me recuerda mucho a mi madre, que siempre las prepara así, a diferencia de mi suegra que suele hacer las judías verdes con patata cocida y pimentón. Como dicen, para gustos colores.
El secreto en esta ocasión está en la salsa, una fritá andaluza de tomate que hacemos para acompañar las judías verdes cocidas, en la que se aporta un extra de sabor, así como una textura característica.
Estas dos formas de cocinar las judías verdes, junto a la receta de judías verdes a la mantequilla, son mis tres formas favoritas de comer estas legumbres que utilizamos normalmente como hortaliza o verdura.
La tarea más larga es preparar la salsa o fritada de tomate, que podéis ver explicada en el enlace, con todo detalle y muchas fotos. Si lo preferís, podéis hacer una salsa de tomate tradicional o incluso, aunque no lo recomiendo, recurrir a una salsa de tomate en conserva, siempre que sea de calidad.
Picamos bien la cebolla, el pimiento y los tomates y los cocinamos a fuego lento en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. Nos interesa una salsa bien espesa por lo que la dejaremos reducir durante una hora para que evapore bien el líquido.
Cuando tengamos todo bien frito a fuego lento, lo trituramos con el pasapuré -nunca con batidora que mete mucho aire y deja el tomate con color naranja-, rectificamos de sal y azúcar (si vemos que está ácida) y reservamos.
Cocemos las judías verdes tras retirarles las puntas y cortarlas en trocitos. En una cacerola con agua abundante y un puñado de sal, las cocemos durante 12 minutos aproximadamente, probando que están en su punto, o ligeramente al dente.
Cuando estén casi a punto, las escurrimos bien y las pasamos a la sartén donde tenemos el tomate y dejamos que cuezan dentro de la fritada durante dos o tres minutos, terminando así de hacerse dentro de la salsa.
Con qué acompañar las judías verdes con tomate
Las judías verdes con tomate son un excelente primer plato que puedes servir con un segundo, como las jugosas pechugas de pavo con costra crujiente, que puedes compartir en familia. También son excelentes como plato único a la hora de la cena.
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