Son muchas las excusas que utilizamos habitualmente para renunciar a comer pescado. Algunas de ellas son tan simples que imposibilitarían comer pescado al horno o pescado a la plancha bajo el pretexto de que dejan demasiado olor en la cocina.
Otras, sin embargo, tienen algo más de fundamento y generalmente apuntan a las espinas como responsables de un descenso en el consumo del pescado. No obstante, hoy os traemos siete pescado sin espinas que son muy fáciles de comer y con los que puedes alimentar tanto a mayores como a niños sin complicaciones.
Por desgracia, en un país rodeado de tanta costa y con tantísima variedad de pescados en sus pescaderías, resulta triste que siempre apostemos por las mismas especies (incluso en latitudes que poco o nada tienen que ver) y en las mismas preparaciones.
Hoy vamos a romper una doble lanza para, por un lado, traeros siete pescados sin espinas fáciles de comer. Y por el otro, las recetas para que sacarles todo el partido a estos pescados sin espinas.
Cualquier caso, tengamos claro que generalmente los pescados que mejor se van a prestar a no tener espinas son aquellos pescados óseos y perciformes, mientras que los pescados pequeños, no perciformes o pescados planos van a ser los que más espinas tengan o más difíciles de sacar sean.
Atún
Sea atún rojo, sea atún de aleta amarilla o sea otras especies como la albacora, los túnidos son un ejemplo muy fácil de pescado sin espinas que podemos encontrar en nuestros mercados prácticamente todo el año.
Es cierto que fuera de temporada veraniega serán generalmente de otras latitudes o congelados, pero son pescados muy magros, muy similares a la carne y donde apenas hay complicaciones espinosas, debido a su carácter de pez óseo.
Sin importar casi cualquier tipo de corte, le realidad es que la ventresca, el lomo blanco, el lomo negro, el tarantelo o el morrillo son cortes exentos de espinas que pueden dar un montón de juego gastronómico en recetas como este tartar de atún rojo.
Congelamos el atún durante una semana en el congelador para evitar los posibles riesgos de anisakis. El día anterior a la preparación sacamos el atún del congelador y dejamos que se descongele lentamente dentro de la nevera. Para el aliño, picamos media cebolla y un diente de ajo en brunoise muy fina.
También picamos las aceitunas, las alcaparras y los pepinillos en trocitos, removiendo bien todo para que esté repartido. Por otro lado, cortamos el atún rojo con el cuchillo en pequeños dados y reservamos. En un cuenco, mezclamos tres cucharadas soperas de salsa de soja, una pizca de mostaza, 1 chorrito de aceite de sésamo, un poco de salsa Perrins y unas gotas de Tabasco.
Echamos la mezcla de encurtidos en la salsa y removemos bien para integrar todos los ingredientes. Probamos y ajustamos al gusto añadiendo lo que consideremos mejor. Incorporamos el atún troceado y lo mezclamos con los demás ingredientes removiendo con cuidado para que no se nos rompan los dados.
Dejamos reposar la mezcla 5 minutos mientras preparamos la base sobre la que serviremos el tartar de atún. A vuestra elección podéis poner una ensalada de wakame con sésamo -como he hecho yo-, podéis cortar un buen tomate en dados o concassé, o bien poner una base de aguacate cortado en dados
Más recetas con atún rojo, albacora o atún de aleta amarilla
- Timbal de atún fresco con pimientos asados
- Atún a la puttanesca
- Atún glaseado al miso con ensalada de habas tiernas
- Tacos de atún marinado al tomillo y limón
- Atún con berenjena y tomatitos
Bonito
A nuestro querido bonito del norte le pasa algo parecido al atún, que es otro tunido y que su porcentaje de espinas es sincretizado en la columna vertebral o espina dorsal, y el resto del cuerpo está prácticamente exento.
Por eso, sacar sus lomos o filetes es relativamente sencillo y el aprovechamiento de estos pescados, sobre todo cuando son piezas grandes, es particularmente fácil.
- Bonito a la andaluza
- Bonito con tomate
- Rollo de bonito al estilo asturiano
- Sorropotún de bonito
- Marmita de bonito
Salmón
Hemos convertido al salmón en el caballo de la batalla gastronómico para salvar un montón de recetas sin complicaciones y bien asequible. Presente en nuestras pescaderías durante todo el año gracias a la acuicultura de países como Alaska o Noruega, la obviedad es que el salmón también es un pescado con muy pocas espinas.
Depende, evidentemente, del corte. Por tanto, la versión con más espinas siempre va a ser la rodaja, pero igualmente están muy focalizadas en esa pequeña cruz que se hace dentro del pescado y que es bastante fácil de evitar.
Por contra, otras recetas en las que se utilicen el lomo o las supremas de salmón serán versiones sin espinas muy amables por toda la familia.
- Salmón al horno
- Salmón al vino
- Salmón en salsa cremosa de espinacas, ajo y limón
- Salmón en salsa teriyaki
- Salmón con salsa de soja, miel y jengibre
- Salmón en salsa de queso azul
- Salmón "à la nage"
Rape
Si hablamos de pescados con pocas espinas o espinas muy localizables, el rape se lleva la palma. En detrimento de él, debemos explicar que también es un pescado que tiene bastante merma (alrededor del 50 % de su peso se va en pieles, cabeza y huesos), pero sin embargo el porcentaje de magro que nos queda es un trozo de carne muy limpia y sin espinas.
- Caldereta de rape
- Rape a la marinera
- Rape a la sidra con almejas y gambas
- Rape a la plancha
- Guiso de rape con patatas
Bacalao
Ya sea en lomos, en supremas, en filetes, en migas o en cualquiera de las versiones que solemos ver el bacalao en nuestras tiendas (a punto de sal, de salado o fresco) los cortes del Gadus morhua suelen ser limpio y sin espinas.
Fácil de encontrar, fácil de congelar y muy versátil en la cocina. El bacalao es uno de sus ejemplos de pescados sencillos de comer, para todos los públicos y con precios generalmente asequibles para todos los bolsillos.
- Bacalao al pil pil
- Bacalao con tomate
- Bacalao a la vizcaína
- Bacalao rebozado
- Bacalao al horno
- Bacalao a la gallega
- Bacalao a la riojana
Merluza
Al contrario que pasa con su hermana pequeña la pescadilla, la merluza si podríamos considerarla como un pescado sin espinas. Con cierto cuidado, evidentemente, sobre todo en función del tipo de corte que elijamos, pero la realidad es que una rodaja de merluza es fácilmente limpiable y muy identificable para saber dónde están sus espinas.
A partir de ahí, el auténtico cielo. Recetas de todo tipo se pueden hacer con merluza nos llevan desde el mundo de los fritos, la plancha, la cazuela, los guisos o incluso clásicos como la merluza en salsa verde.
- Merluza en salsa verde
- Tacos de merluza con tomate
- Delicias de merluza
- Filetes de merluza en salsa de zanahoria
- Albóndigas de merluza en salsa verde
- Merluza al horno en salsa de tomate
Fletán o halibut
Es muy común que este pez plano de gran tamaño se confunda con otros pescados planos como el lenguado o la platija, pero no es ninguno de los dos. En este caso hablamos de un pescado que se suele capturar en los caladeros del Atlántico Norte, lindando con los territorios canadienses de Canadá (los que sean mayores de edad, recordarán la famosa guerra de fletán de los años 90) y que es también uno de esos pescado sin espinas que podemos encontrar con cierta facilidad.
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También se le llama halibut, que es un nombre que con los años ha ganado bastante protagonismo en detrimento del concepto fletán (el coste económico de aquella guerra supuso un cierto boicot a esta especie) y su disposición en filetes y lomos de gran formato hace que encontrar espinas en él sea muy complicado.
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